El proyecto del conjunto celeste no ha arrancado desde la vuelta del delantero
Verano de 2015. El hijo prodigo regresa a casa apenas dos años después de su marcha. Iago Aspas no terminó de cuajar lejos de Balaídos y no dudó en hacer las maletas de vuelta y volver a brillar en el Celta. A nivel individual desde su vuelta hemos podido disfrutar de la mejor versión del delantero de Moaña, aunque en lo colectivo su equipo ha estado sumido en una montaña rusa.
Capaz de lo mejor y de lo peor la irregularidad ha marcado la actualidad del Celta en los últimos años. Así lo hemos podido comprobar en los últimos años donde tras estar a punto de disputar una final de la Europa League poco después el equipo estuvo cerca de descender a Segunda. Y eso mucha gente lo achaca a los fichajes realizados por el club, que desde el 2015 muchos de ellos no han terminado de funcionar como vamos a comprobar a continuación.
Claudio Beauvue
Fue una apuesta muy importante por parte del Celta en el mercado invernal del 2016. Se pagaron cinco millones de euros al Olympique de Lyon y su aterrizaje en el equipo fue bastante positivo. Sin embargo una grave lesión a los pocos meses de llegar frustró su paso por el conjunto celeste.
Estuvo casi un año apartado de los terrenos de juego y desde entonces ya no volvió a ser el mismo. No tuvo oportunidad alguna de volver a asentarse en el equipo y no ha sido hasta el mercado invernal de este año 2020 hasta que el Celta ha conseguido desprenderse de él. Eso sí, dándole la carta de libertad para que se marchara al Deportivo de la Coruña.
Dejan Drazic
Una apuesta de futuro que no terminó de funcionarle al Celta. Y eso que el atacante serbio brilló y mucho en la temporada que jugó con el filial celeste. Se pensaba en él como un jugador para asentarse en el primer equipo a largo plazo, pero la realidad es que terminó marchándose como agente libre en verano de 2018 y sin dejar huella.
A sus 24 años ha militado esta temporada como cedido en la liga polaca por parte del Slovan de Bratislava. Una apuesta fallida y que tampoco tuvo fortuna cuando estuvo cedido en las filas del Valladolid en la segunda parte de la temporada 2016-2017. Difícil que lo volvamos a ver en las grandes ligas.
Andrew Hjulsager
Otro de esos fichajes que la dirección deportiva del Celta cierra en una liga menor y a un precio asequible con el objetivo de que termine brillando y después venderlo por una cantidad superior. Una estrategia que funcionó en su día con Stanislav Lobotka pero que en este caso fue un fracaso absoluto.
Sin oportunidades en el Celta en ningún momento dio la sensación que Hjulsager pudiera hacerse un hueco en el once titular. Ni siquiera fue un habitual saliendo desde el banquillo y terminó saliendo en el verano de 2019 traspasado por la mitad de lo que en su día costó.
José Naranjo
Un fichaje que a nivel deportivo no se entendió en ningún caso pero que al menos dejó un cierto beneficio económico en las arcas del club. El Celta no dudó en incorporar a este atacante tras brillar en las filas del Nástic de Tarragona. Su fichaje fue muy aplaudido por la afición, pero ni siquiera llegó a debutar en Liga.
Apenas duró unos meses en el equipo, ya que en el mismo mercado invernal de la temporada en la que llegó fue traspasado al Genk belga. Eso sí, como decimos dejó un beneficio de cerca de un millón de euros. Desde entonces ha intentado probar suerte otra vez en España de la mano del Leganés y el Tenerife y ahora se encuentra en Chipre.
Álvaro Lemos
Otro fichaje sin mucho sentido, en este caso procedente del Lugo. Difícil explicar lo que el Celta vio en este jugador para apostar por él, ya que después cuando estaba en el equipo apenas tuvo oportunidades para demostrar su valía. Lo único bueno su precio, ya que el traspaso no pasó de los 200.000 euros.
Una temporada en el Celta y después varias cesiones al Lens y al Lugo para que en el verano de 2018 fuera traspasado a título definitivo a la UD Las Palmas. En el conjunto canario tuvo una primera temporada brillante jugándolo casi todo, pero este año ya su participación ha sido mucho más baja.
Emre Mor
Si tuviéramos que hacer un ranking seguramente estaría en lo más alto del mismo. Y eso que en su día Emre Mor era uno de los futbolistas con más futuro del continente europeo, hasta el punto que nadie llegó a entender cómo el Borussia Dortmund decidió traspasarlo al Celta a cambio de 13 millones de euros.
Sin embargo, se han convertido en los 13 millones más caros de la historia reciente del conjunto celeste. Su rendimiento sobre el terreno de juego ha sido muy pobre y además ha tenido varios problemas extradreportivos. Sigue perteneciendo al Celta, aunque esta temporada ha estado cedido primero en el Galatasaray y luego en el Olympiacos.
Robert Mazan
Otra apuesta difícil de entender, al menos a nivel deportivo. El Celta lo incorporó procedente de la liga eslovaca en el mercado invernal de 2018 con el objetivo de cubrir el puesto de lateral izquierdo. Sin embargo ni ha tenido oportunidades de mostrar su nivel ni él ha alzado la voz en busca de más minutos.
En enero de 2029 fue cedido al Venezia italiano y luego en verano se hizo lo propio con el Tenerife. Tiene contrato con el Celta hasta 2022, pero lo normal es que el conjunto celeste busque librarse de él este año, ya sea con un traspaso o incluso acordando la rescisión de mutuo acuerdo. Desde luego en los planes de Óscar García no entra.
Mathias Jensen
Otro fichaje más que demuestra que la filosofía del Celta de fichar jóvenes talentos en ligas menores no termina de funcionar. En este caso el conjunto celeste pagó más de seis millones de euros por sacarlo de Noruega. Su participación en Balaídos se reduce a seis encuentros de Liga y algo más de 200 minutos en la temporada 2018-2019.
Por ese motivo el club no dejó pasar la oportunidad de traspasarlo este último verano aún perdiendo dinero. Su nuevo equipo el Brentford inglés, club que pagó 3,5 millones de euros por su fichaje y donde al menos está teniendo la oportunidad de jugar con regularidad.
Theo Bongonda
Lo metemos en esta lista porque sus condiciones eran muy superiores para haber hecho mucho más de lo que hizo en Balaídos. En varios tramos de sus tres temporadas en el Celta dio muestras de lo que era capaz. Sin embargo la falta de regularidad terminó siendo una mochila muy pesada para él y terminó siendo traspasado tras encadenar varias cesiones en Turquía y Bélgica.
Jozabed Sánchez
Cerramos la lista con un jugador que no terminó de cumplir con las expectativas que se crearon. Primero militó como cedido por parte del Fulham y el Celta no dudó en pagar 3,5 millones de euros para cerrar su continuidad ese verano. Sin embargo su rendimiento fue cayendo en picado hasta que este último verano ha salido a préstamo al Girona FC. Tiene contrato hasta 2021.