El nuevo entrenador de los periquitos ha sido consciente de las deficiencias que ha presentado su equipo
Luis Miguel Ramis ha asumido el banquillo del RCD Espanyol en medio de una crisis de resultados. Los de Cornellá el Prat han cedido bastante terreno en esta parte de la temporada, lo que ha provocado que se hagan cambios inmediatos. Siendo así, el debut del míster no ha sido como se esperaba.
Recordemos que Ramis asumió el cargo en el Espanyol luego de la salida de Luis García. El panorama es bastante complejo para los periquitos, donde apenas han sumado una victoria en los últimos cinco partidos disputados. Ahora, esperan bastante de este cambio de mandos. Eso sí, el comienzo de la era del entrenador ha comenzado con un empate.
Luis Miguel Ramis hace autocrítica en su primer partido con el RCD Espanyol
De esta forma y luego de la paridad en El Alcoraz, el técnico de los blanquiazules ha sido autocrítico con lo que sucede con la plantilla. Especialmente se ha enfocado con lo que ha evidenciado en los primeros 90 minutos de su equipo. Hay puntos bastante complejos que deben atacarse de inmediato.
En ese orden de ideas, los líos que se ha encontrado Ramis en el Espanyol son precisamente en defensa. Sus primeras impresiones responden a la zaga y a las transiciones. “El equipo sombrea en defensa y el rival ha sido más intenso que nosotros”. Es una de las frases que ha dejado el míster.
La defensa y la falta de tranquilidad en ataque son aspectos a tener en cuenta para los periquitos
También, el preparador se ha referido a la falta de tranquilidad que hay en ataque. “El equipo se ha mostrado por momentos algo precipitado y demasiado vertical”. A partir de allí es que deben atender los líos que ha evidenciado el de Tarragona en el frente de ataque. De cualquier manera, para él, el punto no es malo.
Habrá que esperar entonces por lo que se pueda solucionar de cara al mercado de enero. De momento, Ramis ya sabe los puntos que deberá atacar en un Espanyol que tendrá trabajo de sobra de acá hasta el fin de la temporada. El aliciente no es otro que luchar por el ascenso.