Cambios estratégicos y rotaciones componen la base del pensamiento del francés
Real Madrid se juega la vida en menos de 20 días. Tiene hoy el enorme reto de enfrentar a la bestia negra del FC Barcelona por LaLiga, y luego deberá ir a Manchester a voltear una serie en teoría muy compleja. Para ello Zidane parece tener las soluciones, y aunque se antoje cuesta arriba, su ambición sigue intacta.
Lo primero será afrontar con lo mejor que tiene el clásico ante su rival máximo. Todas sus figuras están al día, y salvo la lesión de Hazard y la sanción de Ramos, la nevera está llena para salir y tomar la situación con la responsabilidad del caso. Zidane sabe que es el juego bisagra, el que marca el empujón anímico de lo que se viene.
Pero de ahí en adelante todo es mucho más sencillo, rotaciones, cambios estratégicos y un molde al pensar recurrente del grupo es lo que debe salir a escena. Para tenerlos a todos en ritmo y con la motivación, es necesario empezar por moldear el equipo a futuro. Por ejemplo, dar juego a los que no vienen actuando en los partidos menos exigentes, y guardar a los referentes para que pasen el reto.
La fórmula para evitar el cansancio
Además de entrar en rotaciones, es posible ganar terreno arriesgando dentro del campo. Zidane sabe qué es lo que se juega y conoce los efectos de una mala o buena actuación esta noche. Pondrá lo mejor, y dispondrá de gente en ataque para copar lo ancho del campo en presión desde la salida del rival.
Casemiro, Benzema, Carvajal, Ramos, Varane, son algunos de los más frecuentes, y sin ellos el equipo cambia; él lo sabe. Pero la necesidad es hoy, y al parecer los tres de punta volverán al ataque. Se prevé que salga con Karim, Vinicius y Bale, una apuesta además de ambiciosa muy consecuente, si pierde se les escapa LaLiga.
Poco queda por especular, la ventaja que tenían se les ha ido, y necesitan volver a sumar de a tres para llenar el espíritu de confianza. Zidane se la juega toda, cambio táctico y cambio de roles, al final entiende así no lo haya querido admitir, que su puesto está en juego, y que además, se bate por el prestigio adquirido con tantos títulos encima.
