Con su contrato cumplido en el Leganés, el atacante quiere salir nuevamente cedido y esta vez su destino es La Romareda
Las novedades que han aterrizado en el entorno del Atlético tiene que ver con el Real Zaragoza y su delantero Borja Garcés. El ariete Melillense hace parte del club Colchonero aunque esta temporada jugó como cedido en el CD Leganés donde desafortunadamente no consiguió el objetivo de ascender a primera.
Su contrato de cesión ha expirado y el atacante debe volver al Atlético B aunque su agente ya está negociando una nueva aventura en LaLiga Smartbank. Esta vez el jugador está cerca de aterrizar en La Romareda y al conjunto maño le gusta la idea de reforzar su delantera con ADN Colchonero.
Garcés quiere ir al Zaragoza y el Atlético no se opondría a ello
El delantero de 22 años no ha tenido la oportunidad de debutar con el equipo absoluto y en esta temporada no llegará dicha opción. Por otra parte, tampoco quiere jugar en el Atlético B ya que la idea del ariete es mantenerse en la liga de plata. De este modo el equipo que más cerca está de sus aspiraciones es el conjunto Blanquillo.
A Garcés le gusta el proyecto deportivo que Juan Carlos Carcedo está consolidando en el Zaragoza, y en el club madrileño creen que su jugador puede seguir creciendo deportivamente allí. Por esa razón se intuye que no habrá interrupciones y que las negociaciones fluirán de manera óptima llegando a un rápido acuerdo.
El Zaragoza quiere que Garcés no llegue solo a su plantilla de delanteros
Al esquema táctico de Carcedo podría aterrizar otro atacante formado en la academia Colchonera, el cual si se encuentra actualmente en el equipo B. Este es el hijo menor de Diego Simeone, y uno de los futuribles de la selección Argentina. Hablamos de Giuliano Simeone, quien juega en la demarcación de extremo izquierdo.
El Zaragoza confía mucho en el poderío ofensivo de los jugadores formados en el Atlético pues estos dos no son los únicos en la agenda del club maño. Sin embargo, la prioridad ahora mismo es fichar a Simeone y Garcés con un contrato de cesión a un año y la opción de prolongar a uno más. Todo eso depende del rendimiento que muestren bajo las ordenes de Carcedo.