Metidos en la zona definitiva es momento para atarlos con una propuesta simple de fichajes
No parece ser el mejor momento para el Levante UD propiamente, que en la operación salida que mantiene ha incluido a tres activos en las últimas horas que se han metido en la zona de peligro en la mira del Real Zaragoza. Así lo ha dado a conocer un medio insertado en las actividades diarias del club granota, luego de haber analizado la lista creciente que ha emitido Paco López.
Estos jugadores son: Rubén Rochina, Cheick Doukouré y Toño. De los cuales solo los dos últimos harán parte del caso teniendo en cuenta las necesidades propias de la institución comandada por JIM. Dos jugadores que propiamente han expresado sus intensiones de salida acelerada ante la falta de oportunidades; y la poca compenetración en la idea del cuerpo técnico.
La operación en Zaragoza promete insertar calidad y polivalencia en un momento de profunda necesidad
De los dos futbolistas alzados en el manto especulativo, hay que decir que cubren dos zonas vitales y de alta necesidad evidenciada hasta el momento. Mediocampista de equilibrio y lateral izquierdo, inclusive, dos de las zonas que más cuesta identificar en el fútbol de élite. Al tiempo van correspondiendo a un esquema cerrado de inversión, ya que al acabar en la posición que ha acabado el Zaragoza se hace mucho más complejo.
Con el anuncio oficial del Zaragoza queda todo perfilado, y se espera en este instante no más que la inserción definitiva del tema contractual impulsado por las direcciones deportivas donde se incluyen periodos y cifras. Cada uno de los protagonistas ha mostrado interés ante el llamado inmediato, y han dejado de lado sus ambiciosas aspiraciones para lograr objetivos.
El pedido de la afición por Rochina se hace notar
Otra historia marca el sentir de la afición, que ha ido pidiendo con el paso de los días a Rubén Rochina. El mediocampista ha actuado con regularidad esta temporada anterior, y fue uno de los jugadores más regulares. Eso no ha impedido que la estrategia se pusiera en pie, y que de una u otra manera prevaleciera la incomodidad económica que impera por estos tiempos en el fútbol del mundo.
Sin embargo, caer a segunda división no es que sea propiamente tentador, ya que tiene sobre la mesa algunas propuestas impulsadas por el hecho de seguir en la onda de competencia en la máxima categoría. Una esperanza muerta para los blanquillos, que deberán seguir gestionando ingresos inferiores naturalizados por su poder inversionista y las posibilidades que ejecuten sus jefes administrativos.
