Quien ponga más pasta sobre la mesa será el que desequilibre la balanza
En Valencia y en Villarreal se ha iniciado una nueva guerra sin precedentes por un delantero de quilates. Los dos clubes que en la actualidad están por la vía de quedarse con uno de los cupos a torneos internacionales viven su presente de una forma, y proyectan su futuro de otra. Coinciden en el agrado por Borja Mayoral, delantero del Levante.
Actualmente está cedido por el Real Madrid, que esta campaña lo ha vuelto a notificar, no hará parte del nuevo proceso, por lo que debe sí o sí buscar dolientes. Los dos clubes implicados se han dejado seducir por su gran olfato goleador, y por los movimientos que en el cuadro granota ha ido perfeccionando con el paso de las jornadas.
Un rendimiento fuera de todo contexto por el que se debe pagar, y no cualquier precio
En ese orden, y entendiendo que los niveles se valoran demasiado en una competencia como la nuestra, es que se ha dado soltura al tema. Borja Mayoral sabe que sus días en Valencia, pero con el Levante están contados. Necesita ir saliendo a flote, pese a que todavía es muy joven y tiene un alto grado de ilusión de mejora en su rendimiento global.
Los merengues han valorado estos temas y le han puesto un valor alto, al que no están dispuestos muchos a suplir. Por ejemplo, los de Mestalla han ofrecido entre 4 y 5 millones de euros por su pase, apegándose a que es un descarte y que no podrá vivir siempre entre cesiones sin sentido. Villarreal un poco más cauto ha delegado funciones en el estudio de sus chances, aunque de momento no se han emitido valoraciones oficiales.
Florentino inflexible, prefiere aguantar al verano por una oferta mejor por Borja Mayoral
Menos de 10 millones no van a esperar recaudar, al menos así lo han dejado expreso en sus últimos comunicados. La idea es ubicar de la mejor manera posible a un jugador que con ese potencial podría triunfar en LaLiga o en cualquiera otra en el mundo. Creen que es un activo de mucha trascendencia, y que les podría ayudar a elevar sus arcas para nutrir las cuentas y atacar sus objetivos más inmediatos.
El submarino amarillo aguarda por las respuestas, le ven mucho potencial para convivir junto a Paco Alcacer y junto a Gerard Moreno, sirviendo de puente para la siguiente temporada, que apunta a ser mucho más movida de lo que se ve actualmente. Todo mundo a la expectativa, por ahora la decisión es merengue, y tanto él como los interesados deben aguardar por una emisión oficial.