El día más ajetreado del año a nivel comercial esconde secretos que a veces no queremos saber
El próximo viernes 26 de noviembre es el Black Friday 2021, el día en el que supuestamente bajan los precios de la mayoría de comercios. Un día que nació como lanzamiento de la campaña de compras navideñas y que se ha generalizado hasta el punto de que muchos lo utilizan para hacer el agosto tirando de picaresca.
Está estudiado que un cartel en el que pone en grande descuento, nos incita a comprar. Una cosa es utilizar una época de descuentos para comprar algo que realmente necesitamos con mejores precios y otra muy distinta lo que ha sucedido con el fenómeno del Black Friday.
Llega el Black Friday 2021
Vivimos en una sociedad consumista que nos desvía del objetivo real de unas rebajas. Unas rebajas son para comprar algo que necesitamos a un precio inferior al habitual. Sin embargo, al final terminamos comprando un montón de cosas que seguramente no necesitemos.
Las grandes empresas como Amazon, Primark, Zara, El Corte Inglés, Ikea… esperan como agua de mayo ese 26 de noviembre. Harán campañas de publicidad agresivas indicando el espectacular descenso de los precios de cara al Black Friday. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
La trampa de los precios en el Black Friday
Muchos comercios aprovechan para realizar una pequeña triquiñuela. Unas semanas antes, cuando los consumidores no se percatan de la situación, tienen a subir los precios de muchos productos. Porque después de septiembre llega nueva temporada y muchos precios se elevan.
Una vez llegado el Black Friday, dichos precios, ya elevados, llevan un descuento, que nunca es superior al aumento que se produjo semanas atrás. Al final, el consumidor tiene la sensación de que está comprando un iphone al 20 por ciento de descuento. Pero el que gana es el establecimiento. El mayor consejo para ahorrar en Black Friday es no comprar nada.