El esloveno tuvo que pedir disculpas tras la publicación de un vídeo
Que Luka Doncic es una de las estrellas emergentes de la NBA no hay ninguna duda. Sin embargo en esta ocasión el esloveno ha pecado de juventud y por culpa de una publicación en su cuenta oficial de Twitter se ha visto en la obligación de pedir disculpas y ganarse la reprimenda de muchos usuarios de la red social.
El vídeo en cuestión era sobre político británico Boris Johnson con sonidos sexuales. Doncic no tardó en borrar la publicación y pedir disculpas a todos sus seguidores, pero eso no ha hecho que muchos usuarios critiquen al jugador por publicar material de este tipo. El esloveno es muy asiduo en las rede sociales y hasta ahora no había tenido problemas de este tipo.
En este caso a Doncic le ha pesado ser un personaje público, lo que hace que todo lo que publique llegue a muchas más personas que si otro usuario anónimo hace lo propio. Aun así el ex jugador del Real Madrid ha querido disculparse con todos los aficionados y ha dejado claro que lo tendrá muy en cuenta para la próxima vez.
Segunda polémica en la NBA
Porque hace unas semanas Doncic cumplió 21 años y para festejarlo no dudó en celebrarlo por todo alto. Una fiesta que terminó siendo un auténtico desmadre y que tuvo invitados de lujo como Becky G o Anuel. Pero eso no es todo, y es que esta fiesta llegó tras una derrota de su equipo, que está peleando por mantener su puesto en playoffs.
Los Mavericks cayeron derrotados en Miami ante los Heat en un encuentro en el que Doncic no brilló como nos tiene acostumbrados. Sus números no fueron malos del todo, con 23 puntos, 10 asistencias y 4 rebotes, pero muy lejos de otras actuaciones estelares esta temporada. Muchos opinan que su cabeza estaba en la fiesta de cumpleaños.
A nivel deportivo hay pocas dudas sobre la importancia de Doncic, sin embargo empieza a haber dudas sobre la vida fuera de los terrenos de juego. De momento esta acción recuerda a la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo tras la derrota por 4-0 ante el Atlético de Madrid, veremos qué consecuencias tiene.
