El asturiano aún no concreta su participación en la tercera de las grandes carreras que le quedan por ganar
Al mundo del motor le sigue faltando algo, y es ver a Fernando Alonso coronarse en las 500 millas de Indianapolis. Lo ha ganado todo en relación a lo que ha competido, pero esto último ha sido un reto hasta ahora trucado debido a una venganza sin sentido que tiene el proveedor de motores de la Indycar, Honda.
Fernando sigue esperando ansioso el comunicado oficial, aunque de momento las cosas no vayan como él quisiera. Honda le ha cerrado las puertas y eso es porque en forma de retaliación en algún momento hicieran lo propio cuando él compitiera en la F1 bajo el mando de la escudería McLaren. Las razones, el vínculo estrecho que tiene el corredor español con una marca rival, Toyota.
Luciendo en su pecho las últimas actualizaciones comerciales y competitivas, Fernando Alonso se ha echado el agua al cuello. Los directivos de Honda han sido certeros en ese punto, y no van a montar personajes decisivos en la competencia para después soltar un comunicado explicativo.
El dueño de su equipo ha intentado de todo, pero ha sido enfático, ni la grandeza de su nombre podría luchar con uno de los gestores del deporte mismo como la marca japonesa. Todo le ha ido en contra, y es que su equipo motorizado por la compañía americana Chevrolet, no le ha podido abrir hueco por un tema de expansión; ya tienen las fuerzas fijas e irán de lleno con 4 coches para otros competidores.
Solo le falta esta gran cita al ex campeón del mundo para alzarse con los 3 diplomas. Ya ganó Mónaco 2 veces, y ha ganado Le Mans, una carrera de resistencia otras dos. Viene de competir de gran modo en el Dakar, y ha estado deambulando estas últimas temporadas en competencias abiertas y funcionales. La solución, buscarse otra escudería, una que esté dispuesta a darle rodaje y que tenga alianzas con otra compañía. Por ahora incierto el tema.