A veces demostrar tanto puede ser perjudicial en una primera cita, y eso fue lo que pasó en este caso. El hombre trató de conquistar a la chica con palabras que él creyó le iban a gustar a la mujer, pero terminó haciendo todo lo contrario.
Algunos hombres piensan que decir todo lo que las mujeres les gusta escuchar, puede ser una estrategia infalible en el amor, sin embargo, Christopher metió la pata en First Dates. Y es que desde que vio a Elena, le entró por los ojos y se propuso a conquistarle a como diera lugar. Cosa que no iba a ser fácil, y menos con lo precavida que venía la sevillana.
Desde que Christopher le dijo su plan de vida a la chica, las cosas se torcieron de manera estrepitosa. “Si me dices que no quieres tener hijos, mejor como amigos” dijo él. Incluso el físico del catalán no terminó de gustar a ella. “Me esperaba un chico más alto que yo. Menos mal que no me he puesto tacones”. Las cosas se iban a poner peor en la mesa.
Mientras Christopher creía que estaba conquistando a su cita, ella quería salir corriendo de First Dates
La estrategia del catalán era sencilla de analizar. Iba a decir que era todo lo que a ella le gustaría ver en un hombre. Por ejemplo, la sevillana dijo que le gustan los hombres detallistas, y él empezaba a decir que acostumbraba a regalar flores y chocolates. Luego Elena comentaba que le atraen los chicos con carácter, e inmediatamente Christopher decía que le tienen miedo en el barrio, por que es un tipo rudo.
La comensal se dio cuenta de la táctica que estaba utilizando su cita, y no dudó en expresar su opinión antes las cámaras. “Todo lo que me ha dicho es porque le he gustado, quiere impresionarme. Es el típico pagafantas que te regala los oídos. Creo que me está vendiendo la moto” decía desconfiada Elena. Lo cierto es que tal cual era la estrategia que estaba usando el barcelonés.
La estocada final de Christopher no le sirvió para salir bien librado de First Dates
Según como lo veía el hombre, este creyó que su cita estaba a punto de caer, ya que le dijo todo lo que le encantaría oir. Sin embargo, la chica estaba más que segura de su decisión, la cual era un no rotundo. No obstante, no quería ser tan cruel, por lo que esperó a que el catalán tomara la iniciativa en la determinación final.
Antes de dirigirse al salón de la decisión final, Christopher pagó la cena, indicando que siempre lo hacía, y que no era una muestra de una primera cita y ya. Eso no logró mover en nada a Elena, pues la mujer lo tenía claro. Por supuesto que el comensal dijo que quería una segunda cita, pero ella fue sincera y manifestó que no había sentido la chispa.