Una comensal sin tabúes y sin nada que esconder
Para sorpresa de los seguidores de First Dates, la comensal de hoy resultó un poco liberal en el sentido de las artes amatorias, Lissy la manicurista dominicana. Llegó al dating show en busca de un hombre que sacie todas sus fantasías eróticas. “He venido a First dates para conocer el amor. Soy manicurista y me gusta arañar con mis uñas de garras“.
En su llegada al restaurante de Cuatro, la mujer dejó impresionado a Carlos Sobera con su aspecto físico. “¡Estas impresionante!” exclamó el presentador. “Soy una chica del momento, espontánea, carismática, me gusta el maquillaje, las pelucas, las uñas. Quien esté conmigo va a tener varias ‘Lissys‘, porque soy variedad en una sola persona” expresó la chica.
Lissy llega a First Dates muy clara de lo que quiere y no se irá con las manos vacías del dating show
La mujer llega muy decidida de lo que quiere. “Busco un chico que sea sexy, que le guste hablar, compartir, viajar y muy trabajador, como yo. Que le guste conocer y experimentar cosas diferentes, que no tenga tabúes en el sexo y en el amor” expresó la dominicana. Además confesó que su anterior novio le fue infiel. “yo soy un poco golfilla, pero estaba dispuesta serle fiel, pero él no”.
La otra cara de la moneda fue José quien apenas entró al restaurante, dejó impresionada a Lissy con su galanura. “Me defino con dos palabras: Trabajador y degenerado” comentó el comensal. Mientras que la mujer reconoció. “Este hombre es sexy, es lo primero que me ha pasado por la cabeza”. Nadie pudo evitar ver la atracción mutua que desencadenaron este par.
Lissy y José protagonizaron un huracán de pasión en First Dates queriendo repetir
Las muestras de atracción visual cada vez eran más evidentes, y sin más preámbulo pasaron a la mesa donde terminaron de compaginar. Sobera no aguantó las ganas y preguntó que hacía cada comensal cuando se estresaba. El chico respondió. “Me da calor, sudo y me quito la ropa”. Mientras Lissy contestó. “Me hago una paja. Si estoy sola, me masturbo”. Sobera sin pestañear exclamó “Va sin miedo”.
Los dos decidieron ir al privado donde es costumbre tomarse el postre, pero además bailaron y no pudieron resistirse a darse su primer beso. De esta manera los dos sellaban el pacto para una segunda cita. “No me esperaba conocer a alguien tan lanzada, exuberante y valiente como Lissy”, reconoció el murciano maravillado.