Dani Mateo entrevista en el programa de La Sexta al director de Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, algo que ya hizo El Hormiguero
Se ha convertido en algo habitual en televisión transformarse en Fernando Simón. Tras El Hormiguero y Carlos Latre, ha llegado el turno de El Intermedio y El Gran Wyoming, quien, transformado en el portavoz del Ministerio de Sanidad, ha sido entrevistado por Dani Mateo en el programa de La Sexta.
Y es que el programa quería despedir la temporada por todo lo alto, teniendo como invitado a uno de los grandes protagonistas del país durante los últimos meses. Además, como era de esperar, Dani Mateo y El Gran Wyoming han utilizado su característico humor durante la entrevista para deleitar a los espectadores.
Fernando Simón en El Intermedio
La entrevista no comenzó del todo bien para Dani Mateo, puesto que trató de dar la mano a Fernando Simón. Algo que provocó que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias dijera que había que protegerse a uno mismo para proteger a los demás. Por lo que estuvieron a dos metros de distancia.
Además, durante la entrevista, Fernando Simón confesó que antes de ser director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, fue Blas en Barrio Sésamo. Pero no fue lo único, porque también escupió una almendra que según él llevaba varios años en su boca. Y es que El Gran Wyoming nunca abandonó el humor durante la entrevista.
Las cifras de Fernando Simón
Con la ironía y el sarcasmo que caracteriza a El Intermedio, Fernando Simón no quiso confesar que tiene 57 años ya que a él las cifras le bailan. Además, cambió la famosa curva por una curva de descalificaciones hacia su persona, la cual se está aplanando después de vivir unas semanas en las que alcanzó el pico.
Algo que Fernando Simón achacó a la vuelta del fútbol, puesto que ahora los insultos van dirigidos a los árbitros. No obstante, la traca final fue la comparación que realizó, puesto que declaró que es como la pizza con piña, puesto que hay gente que la adora y gente que no la tolera, tal y como ocurre con Fernando Simón.
