La comensal llegó con un solo objetivo al dating show, y el presentador quedó sin aire
First Dates nunca ha sido indiferente a los temas sexuales, pero en el capítulo de este martes, la comensal por poco hace desmayar a Sobera, mientras le comentaba su fantasía más íntima. “Me gusta el número cuatro y me gustaría tener cuatro hijos, me gusta echar cuatro polvos al día o masturbarme cuatro veces al día si no hago el acto sexual” desveló Paula.
Tras la confesión, el presentador no se quedó con la duda y siguió su laboriosa tarea curiosa. ¿Cómo ha sido tu vida sentimental o sexual? preguntó Sobera. “ha sido regular porque con los chicos con los que he dado no han sido compatibles conmigo. Lo que más valoro en una pareja es el sexo y que sea activo sexualmente. Es lo mas importante para mí. Busco a un hombre que le encante el sexo como a mí” respondió con todas las ganas la ardiente mujer.
Jorge se apunta a la fantasía de Paula, y First Dates se convierte en un volcán de pasiones
El encargado de cumplir las fantasías más profundas de la cordobesa, no fue otro que Jorge, un extremeño que también se definió como un hombre muy activo en la parte sexual. “Soy un chaval caliente, con buena vibra, que va a por todas. Busco a una mujer que me respete, que me dé la tranquilidad que quiero y, sobre todo, que sea tan caliente como yo en la cama” confesó el hombre.
La química entre ambos fue bastante notoria, y como era de esperarse, el tema durante toda la velada fue el sexo. Fue en ese momento en el que Paula reveló su fantasía y lo que Jorge le inspiraba. ” A mí me encantaría echarlo en la cama, untarlo de macarrones con su salsa de tomate y chuparlo desde el dedo gordo del pie, hasta el último pelo de la cabeza, lo chuparía”.
Con las cartas ya jugadas, la pareja no tenía nada más que hacer en el restaurante de First Dates y salieron en busca de un hotel para cumplir la fantasía de Paula.
Luego de confesar mutuamente que se atraían bastante, la pareja se levantó de la mesa para bailar un poco. Las cosas se iban calentando y los roces corporales eran cada vez más prolongados. “El bulto estaba no muy pronunciado… pero estaba pronunciadito. No estaba pronunciado del todo… pero se pronunciaba” exclamó la pícara comensal.
“Vámonos al hotel que ya no aguanto” fue la frase que lanzó la cordobesa luego de una caliente sesión de besos en el privado. El comensal tampoco se quedó atrás y confesó, “Estoy más caliente que las fiestas de mi pueblo. El toro extremeño está gustando”. La decisión final se expresó con actos y no con palabras, pero los espectadores lo interpretaron como un sí.