A pesar de que el soltero presumió de ser un empotrador de primera, no supo como era la posición favorita de la chica, la cual tuvo que describir abiertamente en el reservado del dating show.
Hoy fue de esas citas donde la química sexual se apoderó desde que First Dates levantó el telón, hasta que Andrea y Alejandro se marcharon. Nada más se vieron por primera vez, la pareja de solteros empezó a sentir cosquillas en todas las partes del cuerpo, especialmente ahí abajo. Y es que la velada fue tan sensual, que no hubo tiempo para hablar de otras cosas que no fueran sexo.
Andrea se mostró como una chica descomplicada y en su lista de requisitos para su pareja manifestó. “Me gustan divertidos, morenitos y un poquito más altos que yo. Eso si, deben tener casa y coche pues siempre me tocan los que tiene patinete”. Al parecer, Alejandro cumplía con todos los requisitos, pero tenían un plus, es un empotrador de primera.
“¿Te sabes la del Cocodrilo?” Andrea a Alejandro en su cita de First Dates
El soltero no se guardó nada y presumió de sus dotes sexuales. “Voy como si no hubiera cerrado el cajón”. “No vamos a pedir peras al olmo”. Ella también describía como era su personalidad a la hora de amar. “Me gusta llevar la voz cantante, pero también soy muy bien mandada, lo que me mandes lo hago muy bien” sentenciaba la madrileña.
Como el tema cumbre era el sexo, la chica aprovechó para preguntar si el sevillano sabía hacer la posición del “Cocodrilo”. Un término que dejó bastante loco a Alejandro, y el cual no tuvo más remedio que decir que no sabía. La comensal se lo tuvo que explicar al detalle. “Niño, bajar al pilón”. Pero él no se quedaba atrás. “Para hacer una tortilla hay que romper los huevos”.
Andrea y Alejandro se irán a terminar en un motel lo que iniciaron en el reservado de First Dates
Tanto ella como él necesitaban expresar lo que sentía el uno por el otro, y todos sabemos como era la forma. Obviamente con un beso, ya que no se permiten más expresiones corporales. El caso es que la situación estaba tan caliente, que la chica lo notó. “No veas como mete lengua, para un lado y para otro, pero bien y también muerde”.
La decisión final estaba más que cantada y ambos se inclinaron a una segunda, tercera, cuarta y muchas más veladas como las de hoy. Claro está, que en la próxima cita, tendrán que comprobar si lo que el otro decía si es cierto. Andrea por fin tendrá el placer de saber si Alejandro se comporta como un Cocodrilo y un empotrador de primera.