La veterana comensal ha confesado que durante su juventud llevó una vida al límite y ahora que tiene 5 décadas la piensa retomar. Sin embargo se ha encontrado con el santurrón de Diego.
A Gabriela no le importa tener 50 años para admitir que aún le interesa tener una vida sexual activa, pero se ha dado un golpe en First Dates. Antes de que llegase su cita (Diego), le comentó a Carlos Sobera un poco de su diario vivir. “Soy una señora en la calle, una mujer en casa y una puta en la cama”. Con estas palabras, al presentador le quedaba claro que estaba buscando la comensal.
Su cita fue Diego, un hombre que no cree en las relaciones largas. “la gente que lleva toda la vida juntos, están resignados”. El primer vistazo de ambos pareció ser positivo, y fue la chispa para empezar una cálida conversación. Sin embargo, a medida que se iban conociendo, la sevillana se daba cuenta que no era el tipo de hombre que quería para su vida.
Gabriela prioriza el sexo y Diego no, el primer choque en su cita de First Dates
La sevillana le comentó al gaditano que le gusta salir de fiesta, bailar mucho y tomar uno que otro trago. Dice que lo ha hecho en su juventud y ahora ha retomado ese estilo de vida. Lo que si no ha probado ni lo probará es “las drogas y prostitución”. Eso si, le da mucha importancia al sexo en una relación. “Tienes que tener a una persona que cuando entre en casa te sonríe y tú te bajas las bragas” decía Gabriela.
El pensamiento de Diego es muy diferente, ya que es un hombre de casa, amante de la tranquilidad, la calma y los libros. Una descripción que no gustó ni 5 a la sevillana. “Sólo falta que me digas que no follas” dijo algo seria la mujer. El gaditano le respondió que si, pero ya no le da importancia a ello, pues piensa que sus prioridades son otras.
Y el detalle que terminó de enterrar la cita en First Dates
Si había una mínima oportunidad para que la cita entre Gabriela y Diego refloreciera, se esfumó con lo que dijo la comensal. “No me ha gustado nada. Sin planchar, todo sudado. Debería haberse arreglado un poco.” dijo ella sobre el aspecto del gaditano. Lo que esperaba encontrar como mínimo era un hombre con camisa, perfumado y presentable.
No ganaron una segunda cita como algo más que novios pero si la oportunidad de salir en plan de amigos, ya que las calabazas que le dio ella, resultaron en un momento gracioso. Él por su parte también acertó en la decisión final, ya que está buscando una relación más tranquila que compagine con su estilo de vida.