El gallego aprovechó su cuarto de fama para promocionar su talento musical
En la cita de hoy, First Dates se iba convirtiendo en un talent musical y todo debido a uno de las aficiones de Eduardo, la música. El pontevedrés contó que los karaokes se han convertido en parte de su vida y que todos los fines de semana no se pierde ni uno solo. De hecho comentó que obtuvo reconocimiento cuando en un bar interpretó “Cuando zarpa el amor” de Camela.
El gallego estaba convencido de que sus 15 minutos de fama en el dating show podrían abrirle las puertas a un talent musical por lo que tenía preparado una actuación artística para su cita. Y hablando de ello llegó Irene, que en su presentación agregó. “Soy una mujer muy independiente y muy activa. No pido a un Richard Gere, pero sí a alguien que me impacte al observarle y me saque una sonrisa”.
Eduardo se tomó mucha confianza para contar uno de sus pasatiempos favoritos que por poco espanta a Irene de First Dates
La primera impresión que tuvo el comensal de la gallega fue positivo. “Es una mujer guapísima, morena, con buen cuerpo y unos ojos muy grandes”. De ese modo se tomó confianza y habló con naturalidad durante el resto de la cita. En un momento hablaron de sus pasatiempos y Eduardo comentó que le gustaba ir a la playa a lo que se ocurrió una pregunta para Irene.
“Cuando vas, ¿eres de bikini, toples o nudista? Yo soy de playa nudista, tengo una al lado de donde vivo, por eso me depilo entero”. La chica quedó tan descolocada que no sabía que responder pero ante las cámaras dijo. “¡Qué fuerte! Eso no se cuenta en una primera cita. Hay que tener más rodaje para decirlo, de entrada, no”.
Su actitud zafada no fue lo que arruinó la cita en First Dates
Para algunos contar detalles tan íntimos en una primera cita puede ser perjudicial pensando en el éxito de esta misma. Sin embargo ese no fue el detalle que arruinó la velada entre Eduardo e Irene. Si no hubo segunda cita fue por el trabajo que tiene el gallego, el cual según la mujer le quita mucho tiempo y eso le impediría tener una relación.
Eduardo trabaja como recepcionista en un hotel y tiene varios turnos rotativos. De esta manera Irene comentó “Tiene turnos de noche, los fines de semana… lo veo un obstáculo”. Así pues, la cita no tuvo éxito a pesar de que el comensal dijo que si quería volver a quedar con la gallega pues “vivimos cerca y podemos vernos en cualquier momento”.
Eduardo no fue el único zafado en las citas de hoy
Una mezcla de rebeldía, irreverencia y muchas travesuras, así de podría definir a Paulina, la zafada comensal de hoy en First Dates. La chica comentó el porqué de su personalidad. “Yo he sido una cabrona y una hija de p…, porque a mí lo que más me gusta en esta vida es tocar los cojones, y no sabes lo bien que se me da”.
Paulina también contó el porqué decidió venir al dating show y que espera conseguir allí. “Un hombre rebelde hasta dónde pueda llegar y le diga ‘¡Basta!’, pero de eso no hay. Es que soy alérgica a las pollas pequeñas”. Además confesó que separarse del papá de sus hijos fue la mejor decisión. “Estuve casada, tengo dos hijos y lo mejor que le ha pasado en esta vida es ser una cornuda porque así me lo quité del medio”.
Paulina esperaba encontrar un hombre rebelde en First Dates pero Antonio fue todo lo contrario
La comensal dejó en claro que viene buscando un hombre grande con herramienta grande pues cuando “Se bajan los pantalones, no se la veo, y digo: ‘¿Dónde la tienes? Súbete los pantalones mejor’. Soy una mujer rebelde que busca a un hombre como yo y bien dotado”. En ese momento apareció Antonio, un barcelonés de baja estatura y no como lo esperaba la manipuladora de alimentos.
“A mí los hombres bajitos y barrigones no me gustan. Pobre hombre, viene conmigo y en media hora lo destrozo”. Cuando empezaron a entablar las primeras conversaciones, el sexo fue el tema predilecto y por ello el gruista dijo. ” Soy un tío bastante romántico y pasional”. De eso no había duda en Paulina pues comentó. “Tiene pinta de osito, no de empotrarte contra la pared. Quiero algo grande y hermoso que me alegre la vida”.
A Antonio tampoco le gustó Paulina y la cita en First Dates fue un total fracaso
Parece que la apreciación física fue muta pues el barcelonés también admitió que Paulina no le llegó a gustar en lo más mínimo. “Si Paulina fuera la última mujer que hubiera en el mundo, me cambiaría de sexo” comentó con gracia el gruista. Cuando la cita no podía salir peor, en el privado las cosas se pusieron un tanto tensas.
Al comensal no le gustó que la chica hablara con tanta propiedad de los temas sexuales y la calificó de “Sabionda” algo que lo sacó de casillas. Como era lógico, en l decisión final se dijeron no al tiempo aunque se agradecieron mutuamente por haber compartido un rato de sus vidas y por tomarse la molestia de conocer a la otra persona.