La vizcaína sorprende con su extraño pero llamativo arte
Dicen que el arte es un concepto abstracto y muy subjetivo, y la verdad es que Karla Apolonia no lo deja clarísimo en First Dates. La dueña de un restaurante en Vizcaya acudió al restaurante de Cuatro con dos objetivos muy importantes. El primero y por el que todos vienen, conocer a alguien con quien congeniar sentimentalmente. El otro, mostrar su raro pero estrambótico arte.
La mujer de 25 años es pintora, pero en vez de utilizar pinturas convencionales, usa su propia sangre. Y no es que se corte o se haga daño para obtener el liquido, pero mejor que ella misma lo explique. “Con mi menstruación yo tengo una relación muy cercana, ya que creo que esta sangre en mi ciclo expresa mucho de lo que ha sido mi mes”.
Nadie hubiese pensando que Karla y su cita se llevarían tan bien en su incursión a First Dates
Seguro todos los televidentes pensaron que cuando la vizcaína contara sobre su arte, su cita saldría corriendo. Lo cierto es que no fue así, ya que Diego entendió a la perfección el singular arte. “Me encanta experimentar con mi cuerpo, de hecho me tatué con mi propia sangre la cara” dijo el comensal. De esta manera ambos pensaron que habían encontrado su alma gemela.
Siguiendo con el arte sangriento, la chica contó como había iniciado todo. “Empecé a hacer serigrafías con mi sangre en el papel. Justo ese día estaba con la regla y… salpicándolo todo”. Luego comentó. “Hay un cuadro mi simbólico en mi vida, que lo hice en un momento muy importante, que es mi menstruación de ese momento. Ahora tendrá tres años y medio… y está genial. Nadie sabe que es sangre”.
Además de compartir su mismo arte, Karla y Diego buscaban lo mismo en First Dates
Como anillo al dedo, como tuerca a tornillo, y como llave a cerradura. Así encajaron Karla y Diego cuando se dieron cuenta que no solo el arte sangriento lo tienen en común. Resulta que los dos practican el poliamor y justamente ambos buscaban a otro integrante en sus respectivas relaciones.
La opinión de Diego hacía la chica de 25 años evidenciaba que quería una segunda cita con ella. “Estéticamente es una pasada, sus piercings y sus tatuajes hablan de ella, me encanta”. Las opiniones de Karla hacía él fueron similares, y sobre querer una segunda velada, ella respondió con una serie de besos bastante apasionados. Una vez más podemos decir, Triunfó el amor.