No sabemos quién le dijo a la chica que los solteros del dating show cenan con actores, cantantes, o figuras públicas (en este caso un youtuber). El caso es que venía tan convencida que iba a cenar con su amor platónico y al estrellarse con la realidad no pudo disimular.
Si todos los solteros que viniesen a First Dates cenaran con sus amores platónicos o figuras que admiran, la tasa de éxito sería del 100%, así lo creyó Lucía. Hasta el momento no sabemos quién le dijo a la chica que iba a cenar con una de las personas que más admira en su vida (un youtuber). Pero lo cierto es que al saber que no iba a ser así, se derrumbó por dentro.
Quien estaba en la barra era Guillermo, un estudiante de ilusionismo y amante del teatro. Además, con gustos muy agudos hacia el anime, Harry Potter, Star Wars, videojuegos y demás cosas friki. A pesar de que Lucía también le gustaba todos esos pasatiempos, la chica se encargó de protagonizar una de las veladas más incómodas y aburridas.
Guillermo venía con toda la buena energía pero Lucía se empeñó en arruinar la velada en First Dates
Existe una gran diferencia entre la Lucía que iba entrando al restaurante de Cuatro, y la Lucía que saludó a Guillermo en la barra. El brillo que traía en sus ojos se perdió, y su sonrisa algo nerviosa pasó a ser un leve gesto de cortesía. Estaba claro que la chica no lo estaba pasando genial, aunque el ilusionista estaba poniendo todo de su parte.
Por más que el amante de teatro sacaba temas de conversación, la comensal se encargaba de cortarlos abruptamente con un sí o no frío. Incluso sabiendo que compartía pasatiempos con el chico, como serie, anime, comics etc. La valenciana solo tenía en su cabeza al youtuber que entre otras cosas se hace llamar Yoel Ramírez (@Folagor03).
La cita entre Lucía y Guillermo hace recordar una de hace unos días en First Dates
No es la primera vez que vemos una velada de lo más aburrida, que un partido de ajedrez por radio se torna más interesante. Hace un par de días se vio una similar, con la diferencia de que ambos solteros demostraban desinterés. Aquí al menos el estudiante de ilusionismo estaba intentando conectar con la valenciana, pero ella cada vez le colocaba la barrera de hielo más alta.
“Esto no es como el supermercado, no es venir a por un paquete de arroz sí o estos espárragos no, esto es otra cosa y el problema es vuestro de no querer conoceros” decía Carlos Sobera a Carlos y Esther (la pareja de hace unos días que pasó algo similar a lo de Guillermo y Lucía). Al final, la chica le dio las calabazas como era de esperar, y el sevillano se marchó a casa resignado.