El comensal se viene arriba y le come los morros a su cita, que ante la sorpresa huye despavorida
La cita de Luis y Cristina en First Dates iba como la seda hasta que llegó un reto final que rompió todas las esperanzas. El famoso reto del beso húmedo, en el que ambos comensales deben tratar de desinhibirse para conocerse mejor. Pues Luis se pasó de frenada. Pero a lo bestia.
En esta ocasión, el encuentro no llegó a buen puerto pese a que la gran parte de la cita había ido a la perfección. Los dos comensales tuvieron un inicio bastante bueno puesto que se gustaron físicamente, y hasta hubo un flirteo al poco tiempo de conocerse. Pero como de costumbre, lo malo predomina por encima de lo bueno. Y eso es justo lo que pasó con Cristina en First Dates.
Todo iba bien hasta que…
Como pudimos ver durante la velada, las cosas se iban poniendo más interesantes y la química era más que evidente. Cualquier tema que tocaban, se entendían a la perfección. Carlos Sobera y Matías Sobera que observaban a lo lejos dieron como un éxito la cita y hasta se atrevieron a vaticinar qué sería de la pareja una vez salieran del restaurante. Sin embargo nadie se esperaba la decisión final.
Poco a poco, la cita se iba afianzando y los dos parecían darse cuenta que eran el uno para el otro. De hecho, tan bien encaminada iba la cita que el programa de Cuatro decidió dejarles uno de sus juegos más famosos. Un juego que ha dado mucho sobre lo que hablar en First Dates, pues siempre suele acabar con temas de conversación picantes o con los protagonistas besándose.
Luis se pasa de la raya en First Dates
Tras terminar la cena, ambos pasaron al privado para participar en uno de los juegos que tenía preparado el dating show. Fue entonces cuando salió el reto del “beso húmedo”. Al principio se vieron algo tímidos, especialmente Cristina. Pero pronto a Luis se le fue toda la timidez y cumplió con el reto de First Dates, dándole un beso a la chica sin ningún tipo de pudor, como si no hubiera cámaras.
Lo que no esperaba Luis es que este beso iba a ser la puntilla definitiva a la cita. Cristina aseguró que la cita iba muy bien hasta que la ha besado, pues aseguró que le había parecido un poco baboso. De este modo, y aunque le gustó mucho su personalidad, decidió rechazar una segunda cita porque la chispa no se encendió. O más bien se encendió, pero el propio Luis se encargó de apagarla.