El dating show experimentó una nueva fórmula para sorprender a los comensales de esta noche, pero la gaditana no estuvo de acuerdo con la idea, y se lo manifestó de manera airada a la presentadora.
Para la cita de hoy en First Dates, el equipo de producción y la camarera estrella, Laura Boado, le tenían una gran sorpresa a María. La soltera de 74 años decidió acudir al restaurante de Cuatro acompañada de su amiga Carmen. En el momento que entraron ambas mujeres, fue cuando surgió una idea nunca antes vista, pero que no gustó nada a la gaditana.
La idea era simple, María se haría desde el principio en la mesa, mientras que su amiga se quedaría en la barra para que Manolo (la cita) pensará que sería con ella la velada. Carmen no dijo palabra alguna, pero su sonrisa pícara demostraba que le gustaba el plan. Por otra parte, la verdadera cita protestaba de manera airada, y le reclamaba a Laura Boado que no estaba de acuerdo.
María siente celos de su amiga por miedo a que le quiten su cita en First Dates
La originaria de Cádiz no dudó en seguir protestando ante la revolucionaria idea de Boado y el equipo de First Dates. “Yo eso lo veo muy malamente, que se lo presentes a ella en lugar de a mí”. La camarera intentaba apaciguar los ánimos. “¡Tu tranquila, que la cita es tuya!”. Pero María insistía. “Si, la cita es mía. Pero si ahora se la llevas a ella y se enamora de ella, ¿qué? ¡Que es mi noche y no me la vaya a fastidiar! Que le ve las tetas, y el otro…”
Como no había más opción, la gaditana accedió aunque seguía renegando. “Esta con las tetas me lo quita. ¡Con las tetas me lo quita! Porque tiene muchas tetas”. Carmen escuchó y con su amiga lejos exclamó. “¡Qué pesada con las tetas! Qué hago, me las arranco”. Dicho y hecho, Manolo se quedó prendada del físico de Carmen.
A pesar de los atributos físicos de Carmen, fue María quien coronó en First Dates
Manolo fue sincero y admitió que Carmen era atractiva, pero cuando vio a su verdadera cita, opinó lo mismo. “Tu amiga era guapa, pero tú también”. Las conversaciones en la mesa iban cambiando de tono, al punto que el sevillano ya se imaginaba viviendo con ella. “Con ella tendría sexo una noche sí y otra no porque está muy apetecible, y anima a cualquiera” decía él.
El hecho es que María sentía que todo iba muy rápido y no le gustaba que Manolo fuese tan directo. Pero aún así, en el reservado surgía la llama de la pasión y ambos solteros se dejaron llevar. En la decisión final ambos accedieron a tener una segunda salida, y la gaditana admitía que sintió celos de su amiga.