A la alicantina no le cuadró ni una sola palabra de lo que el catalán le dijo en toda la velada y hacía mucho tiempo no teníamos una pareja tan dispareja en el dating show. Como el agua y el aceite.
Blanco y negro, frío y calor, agua y aceite, así fue la compatibilidad de Patricia e Iván una vez se conocieron en First Dates. El primero en llegar fue el chico, un catalán de 31 años, quien confesó que el amor no ha sido muy amable con él. “Cupido debería dedicarse a las chapas, para arquero no vale”. Sin embargo, al ver a la mujer le entró interés de conocerla.
Patricia confesó que todo lo que entra por los ojos vale el doble. Por esa razón al ver el outfit del chico no dudó en referirse a ello. “Es que me ha venido en chándal. Me ha venido con un outfit… Pero, bueno, es pasable”. El primer y único tema en el que coincidieron fue el de las mascotas (perros) pero después vendría una cataras de cosas en las que no tendrían nada en común.
A Patricia no le gustó ni cinco que Iván viviera con su madre, eso sentenciaría su cita en First Dates
En el momento en el que hablaban de los perros, el chico comentó que aún vive con su mamá y la alicantina no daba crédito. “Sí, de momento vivo con mi madre” dijo Iván. La comensal supo que ahí no era y ante cámaras exclamó. “Con 30 años… No, no lo concibo”. Lo más increíble para Patricia es que el chico que aún no tiene estabilidad económica quiere conocer a alguien estable y hasta quiere ser padre.
“Yo creo que lleva prisa. Está viviendo con su madre y le apetece conocer a alguien estable. Yo, todo lo rápido, no. Despacito” exclamó la alicantina. Luego de ese pequeño traspié, siguieron su cita con normalidad para saber si había oportunidad de salvar los muebles pero se encontraron con otro bache enorme en el camino.
El tema sexual terminó derrumbando la cita en First Dates
Para rematar, los dos solteros empezaron hablar de temas sexuales y se dieron cuenta que tampoco compaginaban. “Soy muy intenso cuando estoy con una chica. Me gustan los preliminares y todas esas cositas. Aunque yo pienso, y lo seguiré diciendo, que el sexo en la cama, en una relación, no es imprescindible” explicaba Iván.
Patricia tampoco daba crédito y le discrepaba. “Ahí sí te tengo que corregir. Para mí sí es imprescindible. Si eso funciona, funciona todo lo demás, a mi forma de ver”. El último detalle y la estocada mortal fue cuando iban a pagar la cuenta y el catalán indicó que sería mitad y mitad algo que no gustó para nada a Patricia. “A mí, las personas agarradas… Es que tiene que ser un hombre. Un hombre de los pies a la cabeza. Y no, no me he llevado la sensación de que sea un hombre”.