La situación lejos de mejorar cada vez es más crítica y ya nadie duda de la posibilidad de un nuevo cierre absoluto
La segunda ola del coronavirus en España parecía que se empezaba a controlar a principios de diciembre. Muchas comunidades se blindaron en el Puente de la Constitución con vistas a conseguir unas navidades tranquilas. Sin embargo, a pesar de las restricciones todo ha ido a peor. Tanto es así que un segundo confinamiento comienza a cobrar fuerza.
Porque todos los pronósticos apuntan a una tercera ola a finales de enero comienzo de febrero. Los datos son incontestables y muy pesimistas. Además, el ritmo de vacunación está siendo mucho más lento de lo esperado. En algunas comunidades como el País Vasco ya se rumorea que a partir del 7 de enero se incrementarán las restricciones.
Europa se confina
No hay más que fijarse en los países de nuestro alrededor. En Inglaterra por ejemplo, con la cepa súper contagiosa que ha aparecido, la única solución es el confinamiento. Alemania, Francia o Italia también lo tienen muy presente. Da la sensación que la única forma de parar todo de verdad es esa.
Porque en España cuando nos dan la mano nos agarramos hasta el hombro. Si abre los bares con restricciones, los bares se llenan de gente. Si se permite pasear, pasean millones de personas. Si abren centros comerciales vamos en masa, sobre todo en estas fechas navideñas.
Se espera un segundo confinamiento
Por eso, lo único que funciona ante esta situación es un segundo confinamiento total. Como el del mes de marzo. No tan largo, ya que ahora de lo que se trata es de frenar los contagios y poder agilizar el proceso de vacunación. Pero tras la Navidad se esperan medidas muy duras.
Se espera que en la próxima semana salgan las principales autoridades a analizar la situación y tomar una decisión. A nadie le debería extrañar que terminen por cerrarlo todo durante al menos dos semanas. Es la única manera de evitar otra tercera ola igual de mortífera.
El proceso de vacunación también invita a un segundo confinamiento
Tras completar la primera semana completa de vacunación anti covid en España, el resultado es desolador. El ritmo de inoculación es mucho menor de lo prometido y ya hay quien pide al Ejército para poder acelerar el proceso de administración de las vacunas. Los problemas de momento se multiplican.
Los problemas de logística con las neveras y el permiso de las familias de los residentes son hasta ahora los principales obstáculos que se han encontrado. A falta de datos globales, en Cataluña, por ejemplo, han anunciado que en la primera semana solo se ha podido suministrar el 12 por ciento de las 60.000 vacunas que estaban previstas.
Números horribles en todas las comunidades
En la Comunidad de Madrid, por su parte, Ayuso solo ha sido capaz de usar un 6 por ciento de las vacunas recibidas. Y aun así ha pedido más dosis. Cantabria no mejora estos datos: ha puesto un total de 304 dosis en la primera semana del proceso, en la que recibió alrededor de 5.000.
Andalucía, Galicia, Castilla y León o Canarias, aunque mejorar claramente los porcentajes, no superan el 50 por ciento de la previsión. Es decir, nadie ha cumplido los objetivos marcados en la primera semana. Muchas comunidades, antes los pésimos resultados, optarán por suministrar vacunas también en domingos y festivos.
El Ejército como solución al ritmo de vacunas
Para muchos, la solución a esta precariedad del sistema sanitario español es la llegada del Ejército para enmendar este desaguisado con las vacunas. Evidentemente se refieren a los especialistas sanitarios que hay y que podrían agilizar la vacunación al mismo tiempo que liberan el sistema público de salud para dedicarse a los pacientes y no a la prevención.
Veremos a ver cómo transcurre la segunda semana de vacunación, algo complicada también por la festividad del Día de Reyes. Los números deben mejorar clarísimamente si no queremos llegar al mes de junio con más de la mitad del trabajo aun por realizar.