En la serie de Telecinco parece ser que nunca llega la tranquilidad y cada trama es cada vez más complicada de resolver que la anterior
Hace poco pudimos disfrutar del final de la temporada de “La que se avecina”, una nuestras series favoritas desde que empezó a emitirse hace más de 10 años en Telecinco. La serie no deja de sorprendernos capítulo tras capítulo y en el capítulo final de temporada no iba ser para menos. Si esperábamos que todo iba estar tranquilo, nos equivocamos, y es que parece ser que los problemas nunca paran en la urbanización de Montepinar.
Una de las tramas que más nos gusta es la de Javier Maroto, y es que ya no queda nada del chico que llegó felizmente casado a la urbanización de Montepinar. Todo ha cambiado en los últimos 10 años, y es que el matrimonio que tenía con Lola no era tan idílico como parecía.
El matrimonio de Lola y Javi parecía estar totalmente roto, pero la aparición de Martina ha revuelto todos los sentimientos de la pareja. Con Martina, ha habido un batiburrillo de sentimientos por parte de los tres que todavía está sin resolver, recordemos la atracción más que evidente que hay entre la pareja y la fisioterapeuta, pero parece que hay más que atracción física.
La afinidad y química que hay entre Martina y Javi es más que evidente, y Lola se ha dado cuenta, así que en un ataque de celos ha decidido que es el momento de que Martina se vaya de su casa, en la que estaba viviendo desde que cortó con su pareja de hace años.
Los celos de Lola no van solo por el amor que todavía siente por su ex, sino por Úrsula, su hija, que tiene miedo que pueda llegar a querer más a Martina que a ella, y es que la niña parece tener gran cariño por la fisioterapeuta.
No sabemos que pasará y si Lola romperá la relación de Martina y Javi, pero lo que si sabemos con seguridad es que estaremos pegados al televisor en cuanto salga la siguiente temporada para saber que va a pasar finalmente con esta pareja de tres.