La cita, en un principio, no estaba dentro de los deseos de la joven comensal
First Dates consagra su posición de programa del amor preferido por los espectadores. Un logro que tiene detrás mucho trabajo por parte del equipo, además de contar con miles de comensales que han pasado ya por él. Unas citas que se dan en el restaurante de Carlos Sobera y que convierten a solteros en busca del amor en protagonistas por sus aficiones a tener animales domésticos algo peculiares o sus dotes para el baile más sensual, entre otros.
Por el espacio de Carlos Sobera pasó con mucha repercusión social un joven con extraños gustos. José María, desde un primer momento avisó que era alguien único, y vaya si lo demostró en First Dates. Su cita fue Benjamín, otro joven que se quedó perplejo al escuchar como había convivido junta a más de 100 ratas. Un hecho que inclinó la balanza, ya de por sí decidida, para no tener una segunda cita con él.
Pero también han pasado, en su mayoría, citas que terminaron muy bien en First Dates. Como la de Mireia, quien terminó por enamorar a Omar con un baile atrevido. Algo que demostró que el algoritmo del programa tiene un alto grado de fiabilidad.
Un sistema que unió en First Dates a dos jóvenes solteros sin suerte en el amor. Por un lado, llegó Andrea, una camarera con las ideas muy claras de lo que busca en el amor. Su cita fue Ángel, un cocinero de 27 años, que no le pareció de primeras nada atractivo ni con buena presencia.
De hecho, Andrea habló fuera de cámara sobre la normalidad de que no encuentre él a nadie con ese rostro. Además, la joven le comentó a Ángel que no le parecían nada bonitos sus tatuajes canis. Unos aspectos que terminaron en la decisión final de First Dates con la negativa a tener una segunda cita.
Una cita de First Dates que causó mucha repercusión en las redes sociales, donde los espectadores calificaron de prepotente a Andrea por su actitud clasista respecto a Ángel. Unos comentarios que se repitieron durante toda la cita, y celebraron que el joven cocinero no tuviese que aguantarla en un futuro.
