Insultos adornados con palabras acomodadas; la muestra de incompatibilidad en el pensamiento desata la furia del estratega
El director del programa radial “El Transistor”, José Ramón de la Morena ha protagonizado junto al ex entrenador de fútbol Javier Sanclemente una de las escenas más calientes de la actualidad. Juntos, han declarado una guerra sin precedentes que han llevado palabras de desprestigio por parte y parte. En su última salida, han desatado una furia colectiva bastante llamativa.
Y es que el estratega ha decidido replicar a los insultos constantes del comunicador a través de sus cuentas en redes sociales. Allí, ha afirmado que De la Morena es un tipo cobarde, y que no tiene idea de lo que dice. Afirmar que está acabado solo refleja su falta de profesionalismo, al tener ideas sesgadas y poco sostenibles.
Clemente aclara ciertas situaciones que involucran su vida personal por encima de la profesional
Lo más llamativo de todo esto es que se ha declarado que a Clemente le gusta el alcohol, y que esto le tiene acabado. Como era de esperarse el hilo de tuit en el que se ha despachado ha sido esclarecedor. Allí, afirma que no bebe, y que se puede mirar tranquilamente al espejo, cosa que evidentemente el comunicador no podría hacer. Además de indicar que es un mentiroso y un cobarde una vez más.
Sus razones están sustentadas en que en cierta oportunidad, De la Morena le ha cortado el micrófono al aire tras estar en desacuerdo de lo que estaba opinando el enfrentado. Aparte es falso, fueron palabras que desataron un tema que se ha propagado prontamente por la facilidad de expansión de las redes. Y aunque el origen es igual de singular, esta es una situación curiosa que parece se extenderá mucho más allá de lo mediático.
De la Morena acude a situaciones extra profesionales para desprestigiar a Clemente
Afirmar que Villar le ha hecho seleccionador como un premio a lametones, ha sido parte del foco. Además, en un apartado ha dicho que Milá había afirmado que tocaba el saxofón, siendo el soplar y chupar una boquilla su más destacada virtud. Pues en lo profesional desangró y mandó a la peor crísis de sus vidas a clubes como Valladolid, al Sporting o el Murcia.
Es más, le ha dicho que está acabado, y que pensaba que debería estar internado en un centro geriátrico. Una situación bochornosa y personal que ha acabado bastante mal. Al final Clemente ha dicho que su única idea, sin contar los resultados era mantener un equipo confiable. Sus jugadores permanecían porque a él le gustaban, nada más. Parece continuar esta guerra, y si hay más capítulos, habrá que estar pendientes del avance.