La serie impacta a los seguidores por narrar las pericias del narcotráfico en el país centroamericano
La serie Narcos logró tanto impacto en la sociedad que Netflix no quiso dejar pasar la oportunidad de hacer dinero con una producción que continuase con la misma estética. Una vez terminada la trama de Pablo Escobar, se mudaron a México para hacer allí el spin off Narcos: México.
Una serie que bebe mucho de la principal pero que tiene su propia esencia, como ha demostrado durante la primera temporada. Una entrega de capítulos que ha enamorado a los millones de fans que siguen Narcos. Además, el alcance de Netflix hace que el público potencial sea incluso mayor.
La serie se trasladó en este spin off de Narcos al país centroamericano para centrarse en el narcotráfico de México. En esta ocasión, todo gira en Félix Gallardo y el Cártel de Guadalajara. Un escenario que ya maravilló a los espectadores y ha conseguido continuar esto en la segunda entrega.
Unos episodios de la segunda temporada de Narcos en los que la trama sigue situada alrededor de Félix Gallardo, papel que interpreta Diego Luna. Un jefe del Cártel de Guadalajara que vive de cerca la posible detención por parte de la DEA. La autoridad le persigue muy de cerca y espera cualquier tropiezo para darle caza.
Pero no todo han sido halagos hacia la serie. Concretamente, en el país donde se sitúa la serie, México, han surgido las críticas hacía Narcos. Unas quejas que se basan en el propio cartel de la segunda temporada, dónde se utiliza a La Piedra del Sol para elevar la imagen del narcotraficante, dándole una imagen divina. Esto ha molestado dentro del país mexicano, por ser una herramienta de normalizar la violencia y delitos cometidos con este elemento tan puro.