La controvertida postura de Felipe González y Alfonso Guerra sacude al PSOE
Felipe González y Alfonso Guerra, dos figuras emblemáticas en la historia del PSOE, han generado polémica con sus recientes críticas al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Aunque desde el partido se ha descartado cualquier medida disciplinaria en su contra, el término “deslealtad” ha surgido como etiqueta para ambos exdirigentes.
El debate se centra en su posición respecto a una posible ley de amnistía para los implicados en el referéndum ilegal del 1-O en Cataluña. Fuentes internas en el PSOE argumentan que aunque las opiniones de González y Guerra fueron contrarias a las del partido, no atacaron directamente a las “siglas”, por lo que no se tomarán medidas disciplinarias.
El impacto de sus declaraciones y su comparación con Nicolás Redondo
Este enfoque contrasta con el caso de Nicolás Redondo, exdirigente del socialismo vasco, quien fue expulsado del PSOE recientemente. Para la dirección federal, lo de Felipe González y Alfonso Guerra “no es tan grave”, pero eso no quita que haya habido censura tanto pública como privada dentro del partido.
El contexto político actual exige a los partidos una cohesión interna más fuerte que nunca. Las discrepancias, aun siendo naturales, deben gestionarse con diplomacia y tacto. El PSOE se encuentra en una encrucijada, donde equilibrar la tradición con la renovación se hace esencial. La percepción pública de estas tensiones podría influir en su base de votantes en futuros comicios.
Voces internas en el PSOE y la calificación de “deslealtad”
Diversas figuras dentro del PSOE, como Santos Cerdán y José Luis Ábalos, han expresado que, aunque las opiniones son libres, hay momentos y lugares donde deben expresarse. Adriana Lastra y Miquel Iceta también se han sumado a la conversación, subrayando que el respeto hacia las figuras fundadoras del partido no implica necesariamente concordancia con sus opiniones.
El contexto de esta polémica se acentúa con la presentación del libro de Alfonso Guerra, “La rosa y las espinas”, en el que ambos exdirigentes reafirman su posición contraria a la ley de amnistía y apuestan por un pacto entre PSOE y PP. Este nuevo episodio deja claro que las tensiones internas en el PSOE están lejos de apaciguarse, y que las opiniones de figuras como Felipe González y Alfonso Guerra seguirán generando titulares.
