La crisis ambiental en la costa gallega, desencadenada por la llegada de pellets de plástico, ha evidenciado una serie de fallos en la gestión y respuesta institucional
Desde la primera alerta el 13 de diciembre, cuando el 112 de la Xunta de Galicia informa a Salvamento Marítimo sobre la aparición de un saco de pellets, hasta la activación tardía del plan Camgal el 5 de enero, se ha desplegado un panorama de inacción y urgencia.
Cronología de otra crisis ecológica en Galicia
El 20 de diciembre, Salvamento Marítimo de Finisterre concluye que el buque Toconao es el responsable de la llegada de los pellets a las costas gallegas. Esta información, transmitida a Gardacostas, marcó la segunda vez que la Xunta tuvo conocimiento del problema.
Pese a estas alertas, la Xunta no activó el plan Camgal, diseñado para enfrentar este tipo de emergencias ambientales. El 20 de diciembre, se notifica que el buque mencionado perdió 6 contenedores cerca de Viana do Castelo, uno de ellos cargado con pellets plásticos.
Desde ese momento, los armadores se pusieron a disposición de las autoridades competentes para coordinar acciones de limpieza y recogida del material contaminante. A pesar de esto, la respuesta oficial siguió siendo insuficiente.
El 21 de diciembre, la Demarcación de Costas del Gobierno informó a los municipios afectados, instándolos a contactar con la empresa responsable para asumir los costos de limpieza.
Entre el 21 y el 26 de diciembre, Salvamento Marítimo continuó con labores de búsqueda en alta mar sin detectar el material, debido a la dificultad para encontrar estos pequeños plásticos en el agua.
El 26 de diciembre, se constata la llegada de pellets al parque natural de Corrubedo, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente. A pesar de ser la tercera ocasión en que la Xunta es informada, nuevamente no se activa el Camgal.
El 27 de diciembre, la Consellería de Medio Ambiente contacta con el Gobierno para obtener más información. Aun con este cuarto reconocimiento del problema, la respuesta sigue sin materializarse.
Finalmente, el 5 de enero, tras 24 días desde la primera alerta, la Xunta activa la fase de emergencia de nivel mínimo del Camgal. Ese mismo día, se coordinan conversaciones con el consejero del Mar para definir acciones.
En una reciente comunicación, la vicepresidenta Teresa Ribera contactó al presidente de la Xunta, ofreciendo colaboración y ayuda necesaria para enfrentar la crisis. Sin embargo, para recibir apoyo de medios estatales, la Xunta debe elevar el nivel de alerta a N2 y solicitarlo expresamente.
Una respuesta institucional insuficiente ante un problema ambiental grave
La demora en la respuesta y la falta de acción efectiva por parte de las autoridades gallegas han exacerbado el impacto ambiental de esta crisis. La dispersión de pellets de plástico en la costa gallega no solo representa un riesgo ecológico significativo, sino también una amenaza para la fauna marina y la salud del ecosistema costero.
El manejo de esta situación plantea serias preguntas sobre la preparación y capacidad de respuesta ante emergencias ambientales en la región. La necesidad de una coordinación rápida y efectiva entre las diferentes entidades gubernamentales y ambientales es crucial para prevenir y mitigar futuros incidentes similares.
La situación en la costa gallega subraya la importancia de tener protocolos de emergencia bien establecidos y listos para ser implementados de manera oportuna. La protección de los ecosistemas marinos y costeros requiere una acción inmediata y coordinada, especialmente en situaciones de contaminación ambiental de esta magnitud.