Amenaza de división en Sumar tras comunicar el partido morado sus intenciones para un futuro próximo
El ambiente en Sumar está cargado. La batalla interna con Podemos no se ha resuelto y ha convertido la plataforma en un auténtico polvorín. Los resultados del 23 de julio no han logrado calmar las aguas en el convulso espacio a la izquierda del PSOE. Desde la dirección de Podemos insisten en que la autonomía del partido se hará notar, tanto en el Congreso y el Senado, como en las cuestiones orgánicas.
Las intenciones de la formación morada, incluyen la formación de un grupo parlamentario propio con los cinco diputados que han resistido el vendaval de las generales: Ione Belarra (Madrid), Javier Sánchez (Murcia), Noemí Santana (Las Palmas), Martina Velarde (Granada) y Lilith Verstrynge (Barcelona). Esta maniobra proporcionaría a Podemos ventajas económicas y aumentaría su influencia en las futuras negociaciones con el PSOE para la conformación de un nuevo gobierno.
Podemos busca aumentar su influencia
En las elecciones generales, Podemos prometió jugar duro y está cumpliendo. Tan solo han pasado siete días desde los comicios y en la coalición Sumar apenas han tenido tiempo para disfrutar del resultado y las altas probabilidades de reeditar un Ejecutivo de coalición progresista. Pero estas buenas noticias no han aplacado la inquietud en el seno de un conglomerado que ya fue difícil de moldear en su momento. Ahora, con la supervivencia asegurada, es hora de marcar territorio y mostrar autoridad.
Un grupo parlamentario propio no solo reportaría beneficios directos a las arcas del dañado partido morado, sino que también les concedería una posición de privilegio frente al resto de fuerzas bajo el cobijo de Sumar. En este escenario, Podemos tiene la oportunidad de convertirse en un actor crucial para la conformación del futuro Gobierno, reclamando espacio en el gabinete y proponiendo nombres de ministras vetadas como Irene Montero.
El acuerdo con Sumar
La decisión de Podemos de formar un grupo propio contraviene el acuerdo firmado con Sumar, en el que se estableció una cláusula que comprometía a todas las fuerzas a formar parte de un único grupo parlamentario. Esta medida buscaba evitar futuras escisiones como las vividas anteriormente con los diputados de Compromís. Desde Podemos, sin embargo, este acuerdo se considera “papel mojado”.
La capacidad de Podemos para formar su propio grupo parlamentario es una cuestión compleja. Según el reglamento de la Cámara Baja, una formación política puede formar un grupo parlamentario con un mínimo de 15 diputados o 10 senadores. En caso de no alcanzar este número, puede formarse un grupo parlamentario a partir de 5 diputados, siempre y cuando posea un 15% de los votos correspondientes a las circunscripciones donde se ha presentado candidatura o un 5% de los votos a nivel estatal. Estos son los cálculos a los que Podemos podría aferrarse para lograr su objetivo.