El colaborador ha tenido una actitud que ha dejado mucho que desear y los críticos se han abalanzado sobre él
El pasado lunes se conoció la reciente detención de Tomás Sánchez Pacheco, acusado de hacerse pasar por médico y de intentar recaudar fondos para material sanitario. Por lo que a raíz de esto han sido varios los medios que han intentado contactar con él. Uno de ellos es el programa de Espejo Público, conducido por Susanna Griso.
El acusado, Tomás, explicaba entonces que le detuvieron porque, previamente, se había saltado el confinamiento, “como les ha pasado a miles de españoles”, dice. “Todo esto no va a quedar en nada, me tendrán que indemnizar, he tenido causas judiciales pero se han archivado, por discrepancias en temas”, sostiene.
Sin embargo, a medida que se ha querido profundizar sobre el tema, se han ido descubriendo poco a poco ciertas discrepancias con Sánchez Pacheco que no han terminado de gustar a nadie, especialmente en lo que tiene que ver por el barrio madrileño de Malasaña, donde versiones sobre la actividad de Sánchez Pacheco que no le dejan en buen lugar.
Ante esto, el programa le entrevistaba a cargo de la misma Susanna Griso y el polémico periodista Alfonso Egea, quien ya se ha ganado a lo largo del tiempo su coletilla de bastante controvertido, algo que hemos podido observar bien durante la intervención Tomás, donde Egea se ha mostrado un tanto violento a la hora de formular las preguntas.
Tanto, que han sido muchos los críticos que se han referido a ello, donde recurren a que ha utilizado un tono “chulesco y vacilón” en lo que tiene que ver con la manera de tratar al entrevistado. Otros, asimismo, han tildado sus preguntas a modo de “interrogatorio” de la Gestapo. Mientras tanto, el periodista no ha querido rectificar.