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Una plaga de lagarta peluda siembra el caos en Andalucía 

Una nueva plaga de insectos está afectando a los brotes y hojas de los árboles del género Quercus en España amenazando la continuidad del corcho

Los bosques de alcornoques, una joya del ecosistema de Andalucía, se encuentran bajo la amenaza de la plaga Lymantria dispar, conocida comúnmente como lagarta peluda. En su estado larvario, este lepidóptero se alimenta de los brotes y hojas de los árboles del género Quercus, entre los que se encuentran las encinas y alcornoques. 

Su presencia está causando una crisis en el Parque Natural de Los Alcornocales, uno de los parques naturales más grandes de España ubicado en la provincia de Cádiz. La plaga está dificultando la extracción del corcho, amenazando la economía del sector y de la región. Un problema serio para el futuro de los trabajadores.

Plaga de lagarta peluda en Andalucía

España, segundo productor mundial de corcho, en riesgo

España es el hogar de 574.000 hectáreas de alcornocales, que representan el 25% del total mundial. Del país sale aproximadamente el 30% de la producción mundial de corcho, solo superada por Portugal. La industria del corcho, concentrada en Extremadura, Andalucía y Cataluña, emplea a cerca de 2.000 personas y genera unas 62.000 toneladas de corcho cada año. Este año, la lagarta peluda amenaza con paralizar la extracción de corcho en más de 45.000 hectáreas, poniendo en peligro este importante sector de la economía española.

Entre las medidas propuestas para combatir la plaga se encuentra el adelanto de la extracción del corcho de junio a mayo, lo que permitiría anticiparse al desarrollo de la oruga. Otra opción sería la moratoria a la extracción del corcho, ya que la combinación de factores como la extracción, la sequía y la plaga resulta fatal para los alcornoques.

¿Quién tiene la responsabilidad de enfrentar la plaga?

La Junta de Andalucía, por su parte, ha propuesto el uso de medios aéreos para combatir la plaga con el producto fitosanitario Diflubenzurón. Este método ha sido propuesto como solución a la “grave emergencia ambiental y socioeconómica” causada por la Lymantria dispar. Sin embargo, la utilización de productos químicos podría afectar a otras especies, especialmente a las abejas, lo que genera cierta preocupación.

Existen discrepancias en cuanto a qué administración tiene la competencia para enfrentar la plaga. Mientras que la Junta de Andalucía sostiene que el Diflubenzurón ha sido usado durante 25 años sin provocar problemas medioambientales ni para la salud pública, otros actores sostienen que es responsabilidad del Gobierno central. En medio de este debate, lo cierto es que los alcornocales se están secando y el daño ambiental y socioeconómico podría ser irreversible.

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