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Alegría por la desgracia ajena… por RAMON SOLSONA

Era un placer simétrico al que debió de sentir un madridista respecto al Barça

Detrás de una portería del Allianz Arena, una larga pancarta proclamaba Bonito mundo ideal. La habían desplegado los ultras del gol sur para enviar un mensaje irónico a la directiva del Bayern, que no les había permitido desplegar un mosaico, y seguramente era también una pulla al presidente, acusado de esconder 20 millones en Suiza. La paradoja es que la pancarta acabó tomando un sentido positivo y muchos medios la utilizaron para ilustrar el júbilo de los bávaros. What a wonderful world, decía la prensa internacional.

¡Con qué facilidad el mundo se vuelve maravilloso o deja de serlo! Todo cambia en unos meses (Heynckes jubilado antes de tiempo para que Guardiola devolviera el Bayern a la cima europea), en una semana (la final Barça-Madrid estaba cantada), en 24 horas (a los blancos se les atragantó el champán con que celebraban la derrota del Barça). No hablo de fútbol en sentido estricto, sino de estados de ánimo colectivos, esta montaña rusa que sube y baja al ritmo de goles y clasificaciones. ¿Clasificados? Euforia desatada. ¿Eliminados? Luto riguroso.
La irrupción de la palabra escrache ha reavivado la antigua voz escarnio, arraigada desde la edad media. Porque escarnecer es hacer mofa, burlarse de alguien, avergonzarlo públicamente con afrentas y befas, y eso es tan viejo como la humanidad. Todas las lenguas tienen un puñado de palabras para matizar la burla, pero no debe de haber muchas que superen el español, que con Quevedo marca el apogeo de la literatura burlesca y del artificio idiomático. Chacota, rechifla, chanza, cuchufleta, zumba, choteo, cachondeo, pitorreo, regodeo, recochineo, chirigota, vacile, chufla, sorna, guasa, retintín, etcétera. Todas estas palabras expresan con eficacia plástica la reacción que el fiasco de Munich suscitó entre los eternos rivales del Barça.
Anteayer el mundo era maravilloso para el Real Madrid, pero ayer ya no. Volvió de Alemania con el rabo entre las piernas, como el Barça el día anterior. Fue un alivio, un consuelo para la parroquia azulgrana, porque la posibilidad de que el Madrid vaya a Wembley echa sal a la herida barcelonista. Tememos la Décima más que a un nublado, como uno de estos preceptos constitucionales que nos caen encima cuando el imperio contraataca. Con un poco de suerte lo evitaremos. Los movimientos emocionales son pendulares y, cuando parecía que Barça y Madrid estaban en los extremos opuestos, un par bofetadas han bastado para igualarnos en desmoralización.
Quien ríe último ríe mejor, dicen. El alemán lo resume con una exactitud cruel en la palabra schadenfreude, compuesta de schaden (daño, perjuicio) y freude (alegría). No es una aberración semántica, puesto que se refiere a una alegría vengativa por las penas de los otros. Justamente en alemán, que es el idioma de los equipos que nos han pasado por la piedra, encontramos la síntesis del rencor latente: desgracia ajena y alegría. Si no gano yo, que pierda el otro. Si pierdo yo, que el otro pierda por más diferencia. Si me humillan, que el otro además haga el ridículo. La portada de Marca (Palizovski) producía ayer un placer simétrico al que debió de sentir un madridista cuando el día anterior leía Mundo Deportivo (Pesadilla).
Estamos a punto de ganar la Liga. Tras lo de Munich parecía que iba a ser la celebración más amarga de los últimos años, pero el Borussia Dortmund nos ha devuelto una parte de la alegría perdida, justamente porque las comparaciones son odiosas y sólo un equipo puede ganar el torneo de la regularidad. La alegría por las desgracias ajenas es de una incuestionable bajeza moral, pero si hablamos de fútbol hemos de reconocer que aquí y allí sirve como terapia de emergencia para la autoayuda. El mundo aún no vuelve a sonreír, pero no es tan insoportable.

Bayern Münich: ¿Realmente son tan fuertes? (I)… por CRISTIAN PULINA


9-2 al Hamburgo, 6-1 al Wolfsburgo, 1-6 al Hannover… Recuerda al mejor Barcelona de Guardiola, y desde luego va en el camino de conseguir unos éxitos parecidos, a poco que trabaje bien en estos últimos 4 partidos que le quedarían para conseguirlo – dos contra el Barça más las finales de Champions y Copa -, pero… ¿es tan fuerte este Bayern, o las goleadas que está consiguiendo son fruto de una exagerada superioridad respecto a equipos alemanes de un nivel competitivo “cuestionable”?

El Bayern no es perfecto.

Creo que hay un poco de las dos cosas. El Bayern es un equipo que tenía un gran nivel competitivo con Van Gaal, y Heynckes supo darle un poco más de fuerza en su primer año y todavía más en el segundo. Saben muy bien a lo que juegan, tienen un equipo sediento de éxitos y unos jugadores de una calidad individual extraordinaria en casi todas las líneas, sin embargo, no es oro todo lo que reluce.

En ataque ante defensa estática…

El Bayern es un equipo muy completo. Sabe manejarse cuando tiene que llevar el peso del juego y también Heynckes respecto al de Van Gaal. Ahora el equipo bávaro está más capacitado para ser fuerte también sin balón*.

Es capaz de competir adecuadamente cediendo la pelota al rival. Este último aspecto es lo que ha fortalecido al Bayern.

Con un posicionamiento de partida muy fijo como es el 1-4-2-3-1, el Bayern es peligroso tanto por fuera como por dentro, ya que a la tremenda calidad de sus extremos – Robben y Ribery -, se suma la de dos de los mejores laterales con proyección ofensiva del mundo como son Philipp Lahm y David Alaba. Los cuatro se entienden y coordinan a la perfección dotando al Bayern de una enorme fuerza ofensiva jugando por fuera, que casi siempre suele terminar con asistencias al área donde los corpulentos “killers” del área con los que cuenta el Bayern – Mandzukic, Gómez e incluso Pizarro -, suelen imponerse a las defensas rivales.

Pero no sólo son peligrosos por fuera, sino también por dentro. Ribery y Robben juegan a pierna cambiada precisamente para poder marcar las diferencias rompiendo hacia la zona central, donde el “9 killer” que emplea el Bayern – esta temporada casi siempre Mandzukic, pero mañana lo será Mario Gómez por sanción del croata – además de pelear por ganar el espacio libre, lo hace también por hacer de “pantalla”, sirviendo de apoyo para asociarse y fijando a los centrales de manera que se libere espacio para la llegada precisamente de los extremos hacia la zona central, extremos que no son siempre Ribery y Robben, sino especialmente Thomas Müller – juega en cualquiera de las 4 posiciones de ataque, sea como 9, enganche o extremo… – y Shaqiri.

…al contragolpe

También dominan por supuesto el contragolpe. Cuentan con una excelente mezcla de virtudes con jugadores que poseen una gran capacidad para el desborde y la conducción individual (Robben, Ribery y Shaqiri especialmente), así como jugadores con una disciplina e inteligencia táctica sobresaliente (Müller y Mandzukic) y también con dos auténticos prodigios de la naturaleza como Alaba y Lahm, capaces de apoyar esas acciones de contragolpe en las que el Bayern como podemos ver en la imagen, aprovecha muy bien el campo dificultando el repliegue y achique de espacios de un rival desestructurado circunstancialmente.

Las acciones de contragolpe dependen especialmente de dos factores, la capacidad e interés del rival en sacar la pelota jugada y dominar el control del juego, y lo bien que sepas defenderte.

Trabajando sin balón*. El Bayern en defensa

Como apuntaba arriba, con Heynckes el Bayern ha ganado respecto a la etapa de Van Gaal, en consistencia cuando no tienen el balón, pero bajo mi punto de vista, quizás no lo suficiente para aguantar a un rival que tiene tanto y tan bien la pelota como el Barça, y de esto, de lo que creo que debe hacer y evitar el Barça cuando tenga la pelota, hablaré mañana en el segundo capítulo de este tema, en el que también deben tocarse temas importantes como en qué influye la ausencias de Mandzukic y Toni Kroos

Como anticipo y para comenzar a hablar del trabajo defensivo del Bayern, vamos con la importancia de Mandzukic. El jugador croata fichado esta temporada no es solamente un hombre que aporta una gran cantidad de goles al equipo, sino un enorme trabajo sin balón. Defensivamente trabaja muchísimo más de lo que sus rivales – Mario Gómez y Pizarro -, y en ataque es un jugador que se mueve fenomenalmente bien en las acciones de contragolpe. Siempre juega lo más fácil posible y esto beneficia a todos los talentosos compañeros de ataque que le rodean.

Su ausencia en el partido de mañana para mí es muy importante, a pesar de que Heynckes cuenta con un recambio de primer nivel como Mario Gómez que es un auténtico depredador del área, pero que no suma tanto a nivel colectivo como el croata.

CRISTIAN PULINA / vijugaraleomessi.blogspot.com.es

Cada vez más razones para creer que Pep se fue por Rosell… por CRISTIAN PULINA

Porque “muchas críticas vienen de hipócritas que dicen ser del Barça y no lo son, porque si no, no les leería, ni escucharía nadie”. Vuelve “que no te embauquen”, y esta vez, no para hablar de la ‘Central Lechera’, sino para atacar como digo, a los que “supuestamente son del Barça”. Al grano.
Temas como éste, dividen. Temas como éste, en un momento dulce como el actual, no me agradan. Pero temas como este también considero que están por encima de todo lo demás, porque creo que buscar la verdad e intentar encontrarla, siempre es lo más importante.
A día de hoy, todavía no sabemos porqué Guardiola, posiblemente uno de los barcelonistas más grandes y profundos de la historia, ha abandonado el Barça. Sí, tenemos su versión oficial: “Estoy muy cansado”, y vale, me puedo creer que lo esté, así como también respeto su decisión, pero existen una serie de hechos que a cualquier persona mínimamente rebelde y que desconfíe de las “versiones oficiales”, le hacen dudar.
Me hicieron dudar las palabras de algunos periodistas afines al rosellismo al intentar hacer ver al barcelonista que “el Barça cayó eliminado ante el Inter en 2010, porque Guardiola hizo que Touré no jugara”… los mismos periodistas que curiosamente despreciaron a jugadores como Pedro y… ¡Valdés! vaya, qué curioso, el hombre que aún hoy nadie entiende porqué no renueva – curiosamente, al igual que Pep, también se va porque está cansado… -, que cuando Rosell estuvo como Vicepresidente deportivo con Laporta, quiso traspasar, y que en su última renovación por el Barça, ya se las tuvo tiesas con una directiva que le pidió guardar silencio este año sobre su marcha del Barcelona, y éste dijo ‘nanai’…
No termina ahí la cosa, resulta que otro de esos periodistas con una proximidad total y absoluta a la directiva del Barça dedica columnas a difamar y desprestigiar a Manel Estiarte, quien siendo culé, curiosamente dejó el Barça también tras la salida de Guardiola y lo hizo confesando que hubo periodistas que directamente les amenazaron – a él y al cuerpo técnico – con que: “si las cosas iban mal en el campo, luego no se quejaran por las cosas que se iban a decir de ellos…”
La confesión de Estiarte da mucho que pensar, pero no sólo porque a uno se le quede la cara a cuadros pensando que hay supuestos medios barcelonistas intimidando a los componentes del mejor Barça de la historia, sino sobre todo porque los mismos que trabajan para esos medios reaccionan a las pocas horas diciendo que “igual es que Guardiola le ha dado permiso a Estiarte para encender el ventilador y esparciar la mierda…” ¿Por qué debería sentirse molesto o aludido alguien que no tiene nada que ver con el caso?
Lo peor y todavía más significativo sin embargo, llega en los últimos meses. Hay un Señor, que no es “felaciones públicas” al Señor Sandro Rosell, a la vez que critica sistemáticamente a Guardiola con argumentos tales como que “cuando Tito estaba enfermo, Guardiola podría haberse ofrecido a entrenar al Barça y como no lo hizo, es que NO PIENSA EN LA ENTIDAD”… o en las últimas horas “que Guardiola se portó como Mourinho haciéndose el interesante y SIN PENSAR EN LA ENTIDAD”, curiosamente es el mismo que para ensalzar a Tito, trató de desprestigiar la imagen del entrenador más importante de nuestro historia, ¿qué digo entrenador?, posiblemente representante más importante de nuestra historia, porque ni siquiera Cruyff ganó lo que él como jugador y entrenador, aunque entiendo que es discutible si el uno u el otro tuvo más peso en la historia del Barça, pero no nos desviemos del tema por favor y formulémonos la siguiente pregunta:
precisamente un “títere” de los medios de comunicación barcelonistas, sino todo lo contrario, y que no para de hacer columnas con
¿Qué clase de barcelonista, que además tiene la obligación de tratar la información con la máxima objetividad y rigurosidad, podría dedicar sus columnas día sí y día también a realizar sibilinas campañas de difamación contra el que es, uno de los hombres más importantes de la historia del Barcelona y del Fútbol Mundial?
¿Es casualidad, que este hombre – al igual que los otros citados, que trabajan para los medios puramente rosellistas – realice a su vez columnas día sí y día también elogiando al “gran Sandro Rosell”?
Curiosamente, a éste mismo Señor, se le olvidó hacer una columna o crear noticias en su medio de comunicación, preguntando a la directiva, ¿cómo era posible que volvieran a permitir la entrada a los Boixos Nois contra la voluntad del socio y a hurtadillas…?
Conclusión:
Obviamente, éste Señor, el que realiza columnas interesadas y totalmente al servicio “del jefe”, no me interesa, que haga lo que quiera, allá él con su conciencia. Ahora bien, como barcelonista que soy, lo que me parece muy llamativo y significativo, es que todos, ABSOLUTAMENTE TODOS LOS QUE ESCRIBEN ESTE TIPO DE COLUMNAS, ensalzan a Rosell y buscan ensuciar la imagen de Guardiola… Si viera que atacan a uno y otro, pues me podría creer que son “los típicos culés inconformistas”, pero obviamente, esta no es la situación, y me lleva a pensar que Guardiola no se fue precisamente a buenas del Barcelona.
No faltará por supuesto, el “Rosellista” – ¿por qué existe el rosellismo?, ¿qué ha hecho por el Barça en comparación con Guardiola?… -, que venga a decirme: “Ah sí, pero tú Pulina no eres objetivo porque sabemos que siempre defendiste a Laporta”, y yo amigo lector no te engaño, por supuesto que apoyé a Laporta, pero porque existen argumentos y hechos para defender su gestión, la que nos llevó de jugar la Copa de la UEFA, a ser lo que somos hoy día, no porque me paguen para defenderlo. Me gustaría sinceramente que Laporta estuviera en el Barça, y que con él estuviera Guardiola, pero no se trata de eso, se trata de analizar la verdad, y la verdad nos trae estos hechos que cuento. Estos hechos no existen porque yo sea Laportista o Guardiolista – que sí, lo soy, yo no me escondo y quien tenga la mente abierta, sabrá apreciarlo, porque se puede ser defensor de algo, y a la vez intentar ser objetivo -, existen porque “ellos los han creado”, no yo.
También existirán aquellos que digan que “por meterme con Rosell divido”, y no, yo no divido, el que divide es el que día tras día intenta ensuciar la imagen de Guardiola para enaltecer la de Rosell obviando además estos hechos… hechos como que Guardiola dejó claro públicamente su disconformidad con la directiva cuando denunció a la anterior – razón por la que fue acribillado por estos mismos columnistas… ¿qué fue de la libertad de expresión? -, o que “nuestros silencios, habían tapado muchas cosas”, pocos días antes de irse del Barça y en clara alusión al inexistente trabajo de defensa a la institución, que la directiva había realizado, es decir: “son hechos, no es sólo que uno sea laportista o no…”
Parece que “no es nada”, pero les recuerdo que el Barça ha perdido al mejor entrenador que ha tenido en su historia, que se ha cortado un proyecto exitoso como nunca antes se había tenido – que Tito intenta mantener como buenamente puede – y que resulta francamente sospechoso que aquellos que ensalzan a la directiva, sean los mismos que intentan ensuciar – sin ningún argumento serio… – la imagen de Guardiola.
Cada uno es totalmente libre de leer lo que quiera, por supuesto, pero que nadie olvide cómo actúan demasiados personajes que supuestamente están ahí para “informarles” – desinformarles -.
CRISTIAN PULINA /  followbarcelona.com

Un Cid Campeador con el diez a la espalda… por RUBEN URIA

El Barça, aturdido, espeso y amedrentado, vivía una agonía. Al apuro acudió Messi. Como los glóbulos rojos acuden a la herida. Tenía la nafta justa para media hora. Así que vistió piel de Rodrigo Díaz de Vivar, asumió el desafío y mutó en Cid Campeador de Rosario. Y el PSG, que tenía la eliminatoria en su mano, que marcó por medio de Pastore, puso en aprietos a Valdés y vivió de un extraordinario velocista como Lucas Moura, cometió un pecado capital: se olvidó de contraatacar y se aculó en tablas. Quedaba media hora. Suficiente para el mejor jugador del mundo. Vitoreado por el Camp Nou, el extraterrestre con el diez a la espalda aterrizó en el césped y no había que ser investigador privado para sospechar que, con él en el campo, iban a pasar cosas. Dicho y hecho. La presencia de Messi generó un doble efecto: activar el ataque azulgrana y erosionar la calma francesa.  Los de París se encastillaron, el Barça rumió el miedo y Messi rediseñó un nuevo escenario.
Angustiado, con las prisas de los malos toreros y al borde del abismo, el Barça pedía a gritos el concurso de Messi. Y el diez de dieces, mermado, casi cojo, asumió su rol de revulsivo y rescató, por enésima vez, a su equipo. Entregado a Messi, el Barça comenzó a reconocerse, encontró a Xavi y pudo hilvanar combinaciones en el balcón del área. Receta habitual: paciencia, posesión y acelerón final de Messi. En una de esas acometidas, Pedro enganchó un disparo seco y liberó al Barça de las cadenas mentales que le atenazaban. El tanto alivió al Camp Nou.  Disipaba un primer tiempo discreto, borraba errores graves y hacía olvidar la  jaculatoria progresiva acumulada tras cada arrancada de Lucas Moura. El de siempre, Messi, había cambiado el decorado. La Casa de Los Horrores volvía a ser La Casa de La Pradera. La escombrera nacional y su yihad de profetas del fin de ciclo, seres esterilizados a la hora de reconocer méritos ajenos, volvían a estar de luto. Messi, que no sabe conjugar el verbo fracasar, volvía a ser retratador de retratadores y azotador de azotadores.
Después del tanto de Pedrito, de un par de bagatelas de Iniesta y varias incursiones de Alves, el Barça bajó revoluciones sabiendo que podía gripar el motor y se dedicó a activar su fútbol control. La posesión, como arma defensiva. Ancelotti movió ficha: primero con Gameiro y después con Beckham. Ya era tarde. Los franceses, que habían remado con pujanza, habían muerto en la orilla gracias al cambio de decorado provocado por Messi. El Barça, lejos de su mejor versión, a años luz de ese equipo poderoso de las grandes noches, conquistaba la playa de las semifinales de Champions por sexta vez consecutiva. Un hito histórico para este Barça de Vilanova, antes de Guardiola y siempre de Messi. No es poca cosa. Este Barça tiene margen de mejora, debe revisar errores, hacer autocrítica y ser consciente de que, para ganar esta Copa de Europa, debe competir más y mejor.  Y sobre todo, recuperar activos, vaciar la enfermería y regenerar el estado de forma de sus estrellas. Mientras tanto, vive entregado a Messi. Un Cid con el diez a la espalda.
Rubén Uría / Eurosport

Barça – Milan (I). Imprescindible: “Mente fria y corazón caliente”… por CRISTIAN PULINA

Dicen que “a la tercera va la vencida” y ojalá no falle el refrán. Tras dos infructuosos intentos de remontada ante Inter y Chelsea en las semifinales de 09/10 y 11/12 respectivamente, el Barça tiene de nuevo ante sí, el reto de levantar el mal resultado cosechado en la ida.
Igual si el dicho de que “a la tercera va la vencida” se cumple, es porque también hay otro muy sabio que nos cuenta “la experiencia es un grado”, y el Barça debe tomar muy en serio las experiencias vividas ante el Inter y ante el Chelsea.
Ante el Inter de Mourinho, el Barça debía levantar una desventaja de 3-1, es decir, con un 2-0 pasaba, pero ante cualquier gol del Inter debía marcar tres goles razón por la que posiblemente Guardiola mentalizó al equipo para llevar el peso del juego con mucha calma, tanta que al final fue demasiada y faltaron muchísimos minutos para apretar de verdad a un Inter que se había quedado con 10 jugadores.
Aquel primer intento de remontada fue para mí realmente decepcionante. Si bien es cierto, faltó poco para conseguir culminarla, se generaron poquísimas acciones ofensivas y se tiraron a la basura muchísimos minutos con un juego excesivamente conservador, todo lo contrario de lo que sucedió ante el Chelsea.
Quizás por la experiencia vivida ante el Inter, Guardiola quiso que esta vez si quedábamos eliminados no fuera por especular y el equipo salió al ataque desde el primer minuto para voltear el 1-0 sufrido en Londres. A priori era un marcador sencillo de remontar, pero el miedo a que pudieran marcar un gol en cualquier contragolpe, balón largo o acción de estrategia nos llevó a perseguir el objetivo de hacer 3 goles, y sí, es cierto que no se consiguieron, y sí, también es cierto que con 2-0 y jugando ante 10 podríamos haber calmado el juego, pero sinceramente si me tengo que quedar con una actitud entre las que exhibimos ante Inter o Chelsea, sin ninguna duda me quedo con la del Chelsea, porque el pase estuvo muchísimo más cerca que contra el Inter y personalmente creo que lo único que faltó fue una pizca de suerte – para anotar las numerosas situaciones ofensivas generadas – y otra pizca de concentración y mejor lectura del juego – el gol de Ramires es un error clamoroso de concentración -.
Es precisamente la concentración y la actitud que adopte el Barça este Martes, lo que más me interesa y me preocupa. Estoy completamente convencido de que si el Barça sale con la actitud y nivel de concentración adecuados: “mente fria y corazón caliente”, conseguiremos remontar la eliminatoria.
Sé que muchos no las tienen todas consigo. El juego exhibido por el Barça en los últimos partidos no invita a pensar que se podrá superar un “muro” como el que vimos en Italia, obviamente jugando como en esos últimos partidos las opciones son practicamente inexistentes, pero es que no es lo mismo jugar una “final” por seguir vivo en la Champions – que es la competición que más desean todos los jugadores -, que jugar partidos de Liga con rotaciones sabiendo que si fallas aún sigues teniendo un amplio colchón de puntos. Cierto es que el equipo falló en una “final” como fue el 1-3 del Real Madrid en el Camp Nou, pero no menos cierto es que la Copa no es la Champions, y que el 2-0 de Milan recibido tan sólo 7 días antes, afectó y muy duramente al equipo. Que nadie se olvide de que “la gasolina” no es ilimitada y que saber administrarla es fundamental. Es posible que este Martes el equipo no se recupere y siga en su irregular línea de juego, pero personalmente creo que es muchísimo más probable que el equipo nos sorprenda recuperando de la noche a la mañana su mejor fútbol, porque nadie debería olvidar que en esta racha negativa también se entró de la noche a la mañana – tanto esta temporada, como las anteriores -.
Fuera negatividad y miedo. Fuera caras apáticas. Basta de mostrarnos cabizbajos ante cualquier error o golpe recibido. Perder no es un drama. Remontar un 2-0 es difícil, pero no imposible.
Somos mejores que el Milan
VAMOS
CRISTIAN PULINA / eurosport

A mí me daría vergüenza… por CRISTIAN PULINA

A mí me daría vergüenza estar tres años hablando de árbitros con el apoyo de todos los medios de comunicación, y decir que “es para vender periódicos”. A mí me daría vergüenza estar tres años hablando de árbitros, y decir que “es para desviar la atención”. A mí me daría vergüenza estar tres años hablando de árbitros y aún siendo evidente que en el balance arbitral me están favoreciendo decir que “me daría vergüenza ganar como el rival”. A mí me daría vergüenza estar tres años hablando de árbitros y decir que “puede ser Unicef, Villar o que son muy guapos” las razones por las que un equipo consigue ganar sus títulos. A mí me daría vergüenza decir que “el Barça también habla de los árbitros” por una rueda de prensa en la que no queda otra que decir eso debido a la presión que tú mismo estás haciendo sobre los árbitros durante tres años. A mí me daría vergüenza que cuando me benefician en acciones puntuales de manera reiterada y descarada, entonces mi discurso cambie y se diga que “nosotros nos quejamos de jugadas que acaban en gol, no en fueras de juego… no creo que un penalti en el último minuto sea una acción determinante o que quienes hablan de los árbitros buscan excusas”.
Pero os diré verdaderamente lo que más vergüenza me da. Lo que más vergüenza me da es la colaboración casi total y absoluta de todos los medios de comunicación deportivos de este país. Profesionales que cobran un sueldo para supuestamente informar de la verdad a los ciudadanos, y lo único que hacen es obedecer a su amo que todos sabemos quien es. Ellos, junto al del “a mí me daría vergüenza”, han conseguido que en cuestión de un mes hayamos visto:
1-Madrid 1-1 Barça. Con 0-1 Messi se va sólo ante Diego López y le señalan un fuera de juego que no es por dos cuerpos. Con 0-1 falta peligrosa a favor del Barça y expulsión de Carvalho que no se señala y en la jugada siguiente 1-1.
2-Madrid 1-1 Manchester United. Con media parte por disputar, Evra se va sólo y Varane le hace una falta clarísima que era expulsión, por supuesto no se señala porque si se señalara habría que sacar roja.
3-Milan 2-0 Barça. Con 0-0, segunda parte y sin ocasiones, el 1-0 llega en una mano clarísima de Zapata que asiste a Boateng.
4-Barça 1-3 Madrid. Justo antes del 0-1 hay penal de Di María sobre Messi. Con 0-1 hay penal de Xabi Alonso sobre Pedro.
5-Real Madrid 2-1 Barça. En la última jugada del partido hay uno de los penales más claros que se recuerda esta temporada. No se señala.
6-Manchester 1-2 Real Madrid. Con 1-0 y el Real Madrid que creo no había ni rematado entre los tres palos, se expulsa a Nani en una acción donde todo el mundo ve que intenta controlar la pelota y no ve venir a Arbeloa. 10 minutos después el Real Madrid remonta el partido y pasa la eliminatoria.
Ya dije numerosas veces que no justifico las derrotas en el arbitraje. Hoy tampoco lo hago. Como digo, lo que me da vergüenza, es que con este historial EN TAN SÓLO UN MES DE COMPETICIÓN, esta gente, supuestos profesionales del periodismo por un lado, y representantes del Real Madrid por otro, se atreva a decir que “ayudan al Barça”, a hablar de Ovrebo y a quejarse de los árbitros con la reiteración con la que lo hacen, de tal manera que Paradas Romero ni se atreve a expulsar a Mourinho cuando era obvio que tenía que hacerlo – por el que dirán – y por discutir sobre esta acción con Diaz Vega ahora piensa en su retirada, como tuvo que retirarse Frisk en su día por amenazas, como tuvo que dejar Guardiola por estar tan harto de esta vomitiva patraña, como estará cualquiera que tenga un mínimo de objetividad y amor por la justicia.
Ya pueden insultarme y decirme todo lo que quieran. Los hechos son los que son. Las declaraciones son las que recojo. Los errores arbitrales son los que recojo – documentados con vídeos -. Y la verdad sólo tiene un camino, y desde luego ni se dice desde el Real Madrid, ni mucho menos desde aquellos medios de comunicación deportivos que aún encima cuando les etiquetan como Central Lechera o Caverna, hacen que se indignan, como si no supieran porqué se lo llaman.
Felicidades a todos ellos, siervos de la mentira. A mí, me daría vergüenza
CRISTIAN PULINA / eurosport

Mou, no se debe escupir hacia arriba

Pasó el Real Madrid pero aún sigo teniendo dudas sobre qué equipo fue mejor o lo mereció. El Madrid fue a por la eliminatoria en los dos partidos pero en ninguno dejó su sello de calidad. La coartada de la expulsión es un recurso demasiado manido como para soportar un análisis futbolístico. Los árbitros una veces […]

Los méritos del rival: “Físico + Juego aéreo”… por CRISTIAN PULINA

El 1-0 ante el Milan, llega tras dos rebotes en un lanzamiento de una falta que termina por llevarse ilegalmente el Milan. El 2-0 en un contragolpe muy bien dirigido por Niang, El Shaarawy y ejecutado por Muntari. El 0-1 ante el Sevilla en un balón aéreo tras jugada de estrategia que remata Botía. El 0-1 y 0-2 ante el Real Madrid en sendos contragolpes. El 0-3 en otro balón aéreo tras jugada de estrategia, como el 1-1 en la ida o el 2-1 de Sergio Ramos el pasado Sábado…
Contragolpes y un fútbol que se juega por el aire. La especialidad de los rivales del Barça. Acciones muy complejas de frenar una vez iniciadas, y creo que aquí está la clave de la cuestión: “una vez iniciadas”.
Para eliminar las opciones de contragolpe es fundamental atacar bien. Por atacar bien se entiende, madurar mucho y adecuadamente las transiciones ofensivas, como se hizo en bastantes momentos del último ‘clásico’, en los que tras pérdida, el equipo conseguía recuperar enseguida debido a que estábamos encima de la acción para impedir que el jugador que forzaba nuestra pérdida pudiera dar una salida cómoda a la pelota.
Desgraciadamente, no siempre se puede atacar bien. Bien porque un jugador comete errores – siempre se van a cometer, este es un deporte de errores – o bien porque el rival comete aciertos, es normal que te acaben cogiendo en algún contragolpe o alguna situación donde consigan controlar la pelota y darle una salida más limpia, y es aquí donde especialmente vi problemas en el último partido ante el Real Madrid.
Desgraciadamente no he tenido la posibilidad de realizar un vídeo donde exhibirlo claramente, pero cualquiera que tenga el partido podrá ver como especialmente los primeros 10-15 minutos de la segunda parte el Barça está realizando un muy buen juego, a la altura de su nivel habitual – porque hay que recordar que ganar en el Bernabeu no está chupado a pesar de que Guardiola lo convirtiera en tradición -, generando dos buenas ocasiones, realizando transiciones ofensivas muy ordenadas, recuperando rápido, bien posicionados sobre el terreno de juego… pero poco a poco comienza a perder el control, y lo hace a medida que va dejando al Real Madrid lanzar balones aéreos en largo orientados.
Presión mal realizada por ser de baja intensidad e irregular, y el Barça que en el juego aéreo y de contacto físico, tiene muy poco que decir. Casi todos los rechaces acabaron en posesión del Real Madrid que si bien no generó demasiados problemas, sí que pudo romper la buena dinámica de juego que estaba alcanzando el equipo, de la misma manera que hizo el Milan en San Siro.
Una mezcla entre un terreno de juego que ralentiza pases y conducción, más el lanzamiento de balones aéreos – y porqué no decirlo, las numerosas interrupciones y el “juego subterraneo” este pasado Sábado -, han contribuido a que el Barça en demasiados momentos estuviera irreconocible. No tiene nada de extraño. El Barça es el rey del fútbol a ras de suelo y “sin físico”. Cuando fomentas un suelo irregular y llevas el juego a lo físico, es bastante normal que el equipo sufra, especialmente si el equipo se muestra física y mentalmente más fatigado que en meses anteriores, porque la ecuación es bien sencilla: “cuanto más difícil me lo pone el rival, mejor tengo que estar yo”, y daba la sensación de que fue justo lo contrario “cuanto más difícil lo puso el rival, más agotado estaba el Barça”
En conclusión:
El Barça no ha estado a la altura en un momento muy importante de la temporada (criticable, pero también excusable…) ya que su nivel de intensidad física y mental fue peor que en meses anteriores de competición y sabemos que si bien el estilo de juego del Barça puede ser el más eficaz competitivamente hablando, también te exige estar a un nivel altísimo de intensidad especialmente cuanto más fuerte es el rival y cuanto más complicado te lo pone.
No fue el caso. El Barça organizó mal sus ataques y por ende comenzó mal su juego defensivo. A esto hay que sumarle los aciertos de los rivales llevando el juego a un área donde son claramente superiores a nosotros – por condiciones físicas, técnicas, tácticas y mentales -, y creo que la suma de factores puede resolver el enigma del mal momento del Barça, sin necesidad de buscar a un único culpable. Ni Cesc, ni Alexis, ni Villa, ni Valdés, ni Roura, ni Alves, ni Piqué, ni Puyol, ni Xavi…
Pierde el equipo y gana el equipo. Ni hace cosa de un mes eramos tan magníficos, ni ahora somos tan malos. Son humanos, saben lo que tienen que hacer, y ahora sólo queda trabajar en que mentalmente los últimos resultados no depriman, sino que estimulen con vistas a recuperar nuestro mejor nivel en el tramo final de una temporada en la que recuerdo, todavía estamos posicionados adecuadamente para seguir aumentando la leyenda de estos jugadores.
Vamos
CRISTIAN PULINA / eurosport