SPORTING: Cuéllar(2); Lora(2), Bernardo(2), Iván(1), Canella(2); Bustos(1), López Garai(1), Álex Barrera(3); Isma López(2), Stefan Scepovic(3) y Hugo Fraile(1)
SUSTITUCIONES: Casquero(1) por Garai, Carmona(1) por Barrera y Guerrero(1) por Scepovic.
EIBAR: Irureta(1); Albentosa(1), Capa(2), Errasti(1), Arruabarrena(1), Dani García,(1) Yuri(2), Lillo(0), Morales(1), Jota(1) y Raúl Navas(1)
GOLES: 1-0 Scepovic. 1-1- Capa- 2-1 Scepovic(p). 3-1 Scepovic. 3-2 Urko Vera.
Gijón habla serbio. Lo hace desde que un espigado delantero aterrizó en Ranón para dinamitar la Liga Adelante desde dentro y convertirse en el futbolista de moda de la categoría y del conjunto asturiano. Un hat-trick de Stefan Scepovic catapultó al Sporting de nuevo al liderato provisional liguero tras doblegar a un correoso Eibar que vendió cara su derrota. El delantero balcánico salió despedido de El Molinón como los toreros, con el público puesto en pie y agitando las palmas a rabiar, tras otra exhibición de movimientos, desmarque y remate. Con la cabeza, de penalti y con la zurda, Stefan tiró de repertorio y sacó su abanico de las maravillas, providencial como aquél que te daban en la Feria de Muestras para aliviar ese calor sofocante que provocaban las multitudes y los bocadillos de chorizo en plena Semana Grande. Junto al serbio, un inconmensurable Alex Barrera y un equipo sólido que se relajó al final devolvieron la tranquilidad a una afición que se temía lo peor tras la debacle de Mendizorroza.
Y es que las cosas no se podían poner mejor para los rojiblancos, que nada más comenzar el partido se adelantaron en el marcador. Un centro medido de Isma López lo remató de cabeza y en escorzo Scepovic al palo largo, haciendo inútil cualquier estirada de Irureta y marcando territorio. El Eibar se estiró y buscó los balones largos a la espalda de la defensa sportinguista en la que volvían Iván y Canella. El lateral de Laviana atacó con insistencia el lateral derecho armero, pero sus centros no encontraban rematador. El Sporting llevaba el mando del partido, buscando las bandas y comandados por un Scepovic excepcional que lanzaba las contras rojiblancas, habilitando en una de ellas a Fraile, que mandó su disparo a las nubes. Los de Sandoval, con la defensa adelantada, no cedían ni un ápice de cancha, pero seguía echándose de menos cierta creatividad en el centro del campo, con Garai y Bustos envueltos en tareas oscuras y Barrera, ubicuo todoterreno, cayendo a bandas ayudando a los extremos. El Eibar se acercaba con cuentagotas a la meta defendida por Cuéllar hasta que al borde del descanso, un centro de Yuri desde la izquierda fue picado de cabeza por Capa, que colándose entre Iván y Canella, igualó la contienda y enfrió El Molinón, que se fue al descanso envuelto en incertidumbre.
El segundo acto duró lo que quiso Scepovic, que anotó un penalti cometido por Yuri sobre Barrera que sirvió de prolegómeno a los mejores minutos del Sporting, que en situaciones óptimas en el marcador, huele la sangre rival y ataca directamente a su vena yugular. De esa manera, los rojiblancos afilaron los colmillos poco después para que en una internada de Isma López, el vasco aguanto paciente hasta que se encontró con el Expreso de Belgrado en el punto de penalti que con la zurda ajustició al Eibar en pleno corazón para sumar su primer hat-trick como rojiblanco y dejar el partido visto para sentencia. Fue en ese momento cuando Sandoval decidió mover banquillo y Garai dejaba su puesto a Casquero y poco después Carmona reemplazaba a un fenomenal Alex Barrera, pulmón en el medio del campo y presente en la mayor parte de jugadas con peligro del Sporting. El propio Carmona tuvo el cuarto tanto tras una combinación que le dejó solo ante Irureta, pero su disparo se fue desviado. A falta de un cuarto de hora para el final, la afición se puso en pie para despedir al protagonista de la tarde, Stefan Scepovic, que con 8 goles en 7 partidos, dejaba su puesto a Guerrero.
Como sucediera en el partido ante el Deportivo, el equipo se relajó con el marcador favorable y el Eibar estiró líneas en busca del gol, que llegaría tras un córner a siete minutos del final, al empujar Urko Vera el balón a la red tras un barullo en el área. El tanto armero alteró las pulsaciones de los presentes y recordó al aficionado porque se es del Sporting. Los vascos tocaron a rebato y Cuéllar, siempre Cuéllar, volvió a emerger como salvador al sacar el guante para desviar a córner el agónico cabezazo rival. Con un nerviosismo innecesario para el desarrollo del encuentro, el sonido del silbato arbitral fue música celestial para los rojiblancos, que cuentan por victorias sus partidos en El Molinón y cuya cuenta pendiente se sitúa lejos de Gijón. La necesidad de vencer fuera de casa es comparable a la exigencia de llevar el peso del partido el plazas ajenas, algo que al equipo aún le cuesta y que requiere una dosis de creatividad que aún está por ver. Soria es la siguiente parada, allí comenzó torcerse el proyecto hace poca más de un año. Veremos si hay forma de resarcirse.
¿Qué os ha parecido el Sporting? ¿Es, Scepovic, después de Lediakhov, el mejor extranjero que ha pasado por Gijón en los últimos 20 años?
Sergio Pinto
@dikembe