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Los méritos del rival: “Físico + Juego aéreo”… por CRISTIAN PULINA

El 1-0 ante el Milan, llega tras dos rebotes en un lanzamiento de una falta que termina por llevarse ilegalmente el Milan. El 2-0 en un contragolpe muy bien dirigido por Niang, El Shaarawy y ejecutado por Muntari. El 0-1 ante el Sevilla en un balón aéreo tras jugada de estrategia que remata Botía. El 0-1 y 0-2 ante el Real Madrid en sendos contragolpes. El 0-3 en otro balón aéreo tras jugada de estrategia, como el 1-1 en la ida o el 2-1 de Sergio Ramos el pasado Sábado…
Contragolpes y un fútbol que se juega por el aire. La especialidad de los rivales del Barça. Acciones muy complejas de frenar una vez iniciadas, y creo que aquí está la clave de la cuestión: “una vez iniciadas”.
Para eliminar las opciones de contragolpe es fundamental atacar bien. Por atacar bien se entiende, madurar mucho y adecuadamente las transiciones ofensivas, como se hizo en bastantes momentos del último ‘clásico’, en los que tras pérdida, el equipo conseguía recuperar enseguida debido a que estábamos encima de la acción para impedir que el jugador que forzaba nuestra pérdida pudiera dar una salida cómoda a la pelota.
Desgraciadamente, no siempre se puede atacar bien. Bien porque un jugador comete errores – siempre se van a cometer, este es un deporte de errores – o bien porque el rival comete aciertos, es normal que te acaben cogiendo en algún contragolpe o alguna situación donde consigan controlar la pelota y darle una salida más limpia, y es aquí donde especialmente vi problemas en el último partido ante el Real Madrid.
Desgraciadamente no he tenido la posibilidad de realizar un vídeo donde exhibirlo claramente, pero cualquiera que tenga el partido podrá ver como especialmente los primeros 10-15 minutos de la segunda parte el Barça está realizando un muy buen juego, a la altura de su nivel habitual – porque hay que recordar que ganar en el Bernabeu no está chupado a pesar de que Guardiola lo convirtiera en tradición -, generando dos buenas ocasiones, realizando transiciones ofensivas muy ordenadas, recuperando rápido, bien posicionados sobre el terreno de juego… pero poco a poco comienza a perder el control, y lo hace a medida que va dejando al Real Madrid lanzar balones aéreos en largo orientados.
Presión mal realizada por ser de baja intensidad e irregular, y el Barça que en el juego aéreo y de contacto físico, tiene muy poco que decir. Casi todos los rechaces acabaron en posesión del Real Madrid que si bien no generó demasiados problemas, sí que pudo romper la buena dinámica de juego que estaba alcanzando el equipo, de la misma manera que hizo el Milan en San Siro.
Una mezcla entre un terreno de juego que ralentiza pases y conducción, más el lanzamiento de balones aéreos – y porqué no decirlo, las numerosas interrupciones y el “juego subterraneo” este pasado Sábado -, han contribuido a que el Barça en demasiados momentos estuviera irreconocible. No tiene nada de extraño. El Barça es el rey del fútbol a ras de suelo y “sin físico”. Cuando fomentas un suelo irregular y llevas el juego a lo físico, es bastante normal que el equipo sufra, especialmente si el equipo se muestra física y mentalmente más fatigado que en meses anteriores, porque la ecuación es bien sencilla: “cuanto más difícil me lo pone el rival, mejor tengo que estar yo”, y daba la sensación de que fue justo lo contrario “cuanto más difícil lo puso el rival, más agotado estaba el Barça”
En conclusión:
El Barça no ha estado a la altura en un momento muy importante de la temporada (criticable, pero también excusable…) ya que su nivel de intensidad física y mental fue peor que en meses anteriores de competición y sabemos que si bien el estilo de juego del Barça puede ser el más eficaz competitivamente hablando, también te exige estar a un nivel altísimo de intensidad especialmente cuanto más fuerte es el rival y cuanto más complicado te lo pone.
No fue el caso. El Barça organizó mal sus ataques y por ende comenzó mal su juego defensivo. A esto hay que sumarle los aciertos de los rivales llevando el juego a un área donde son claramente superiores a nosotros – por condiciones físicas, técnicas, tácticas y mentales -, y creo que la suma de factores puede resolver el enigma del mal momento del Barça, sin necesidad de buscar a un único culpable. Ni Cesc, ni Alexis, ni Villa, ni Valdés, ni Roura, ni Alves, ni Piqué, ni Puyol, ni Xavi…
Pierde el equipo y gana el equipo. Ni hace cosa de un mes eramos tan magníficos, ni ahora somos tan malos. Son humanos, saben lo que tienen que hacer, y ahora sólo queda trabajar en que mentalmente los últimos resultados no depriman, sino que estimulen con vistas a recuperar nuestro mejor nivel en el tramo final de una temporada en la que recuerdo, todavía estamos posicionados adecuadamente para seguir aumentando la leyenda de estos jugadores.
Vamos
CRISTIAN PULINA / eurosport